Los logócratas
George Steiner
FCE, 218 págs.

Los logócratas de George Steiner es de aquellos extraños y raros libros que, en vez de dormir al lector con el paso de sus páginas, lo despiertan y hacen que todos sus sentidos se pongan en alerta. Porque no hay capítulo de esta obra –un apostolado del libro y la lectura– que no deje un concepto, una idea que permanece en la mente días y semanas después de despegar la mirada de sus hojas.

Compendio de ensayos y entrevistas publicadas originalmente entre 1982 y 2003, en él Steiner, autor de Presencias reales, mezcla teoría literaria con opiniones sobre el estado actual de la cultura, haciendo del libro y de la práctica de lectura sus objetos científicos. Siguiendo la línea de pensamiento de Heidegger, Boutang y De Maistre, parte de la idea de que el lenguaje precede al hombre. Y por ende no es el ser humano el que hace uso del lenguaje como instrumento, sino que es el lenguaje el que habla al hombre. “No es, o no esencialmente, el poeta quien habla; es el poeta el que es `hablado’ por el lenguaje, el que es dicho”, afirma retomando la postura heideggeriana.

La amplitud de visión de Steiner es tal que permite pasar de un tema a otro manteniendo un hilo discursivo. Ahonda así en la evolución del lenguaje, deconstruye a Walter Benjamin, retoma la tensión entre palabra y música, circunda los encuentros entre texto y percepción, relata la relación íntima entre el libro y el judaísmo, coquetea con la ficción, y mucho más. Siempre con frases filosas como “los libros son nuestras contraseñas para llegar a ser lo que somos”; “un libro auténtico nunca es impaciente. Puede aguardar siglos para despertar un eco vivificador”; “leemos el libro, pero, quizá más profundamente, el libro nos lee a nosotros”. Como para no decir nada más y seguir leyendo.