Por que cayo la Argentina
Julio Sevares
Grupo Editorial Norma, 349 páginas
Hace falta un esfuerzo sostenido y muchos años para devastar a un país. Además, la empresa no es segura: puede haber inconvenientes, errores, oposiciones y miles de imponderables. De modo que el crimen no necesariamente logra su cometido. Bueno, como se ve, en la Argentina lo lograron. Julio Sevares –investigador del Centro de Estudios sobre la Estructura Económica de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, docente de posgrado en la misma Facultad y periodista de Clarín– explica a qué se debió la debacle y quiénes fueron los responsables. Por qué cayó la Argentina demuestra que no sólo los políticos venales están detrás de esta “caída”. Las cúpulas empresarias, militares y sindicales sea con gobiernos constitucionales o de facto mantuvieron un orden que ciertamente los benefició y originó la catástrofe del resto de las clases sociales y del país en su conjunto. Por supuesto, la cada vez más desigual distribución de la riqueza es uno de los puntos neurálgicos del análisis que comienza en el experimento de Onganía, frustrado hacia fines de los sesenta por las movilizaciones populares, e impuesto “a sangre y fuego” desde el 24 de marzo de 1976.
Sevares, con precisión de orfebre, muestra por qué es justo sostener que hay una continuidad entre el plan de José Alfredo Martínez de Hoz y el de Domingo Cavallo, con Menem o De la Rúa; y cómo uno de los mayores problemas de la Argentina –desde luego, el endeudamiento externo– es fruto de autopréstamos que nadie en el país disfrutó, entre otras delicias de la vida financiera. La historia llega hasta la megadevaluación del par Duhalde-Remes que no hizo sino demostrar el continuo reciclaje del orden neoliberal. M.D.A.