[NewScientist] El cine de ciencia ficción, un buen catálogo de los adelantos tecnológicos que se vienen, lo estaba anticipando: las imágenes dinámicas en tres dimensiones suspendidas en el aire no son un invento de George Lucas para su saga de Star Wars; pueden crearse ya en un prototipo que, en breve y por una cantidad importante de dólares, estará al alcance de todos.

Desarrollado por la empresa norteamericana Actuality Systems, el atractivo y flamante invento se llama Perspecta y consiste en un sistema que permite ver imágenes tridimensionales a todo color, como si pudieran ser palpadas y saboreadas, dentro de un gran recipiente en forma de tazón invertido que las suspende en el aire. Quien se enfrente a una de estas imágenes volátiles podrá, en principio, ampliarlas, reducirlas, modificarlas y hasta desplazarse alrededor de ellas; la tridimensionalidad no se aprecia ya en la pantalla del monitor, sino que tiene “cuerpo”.

Perspecta está compuesto por una pantalla circular de 25 centímetros de diámetro, situada encima de una caja de un metro de altura. Además, la pantalla está dentro de un recipiente transparente, que gira a quince revoluciones por segundo para simular la ilusión de corporeidad. Un programa informático hace el resto: divide la imagen en 198 partes que un acelerador gráfico une casi instantáneamente en la pantalla. El resultado –una imagen de 100 millones de píxeles tridimensionales– nada tiene que envidiarle a la de un monitor tradicional (cuya resolución, para uso cotidiano, no supera los 1920x1440 píxeles).

Dentro de algunos años cualquiera podrá hacerse con uno de estos aparatos por unos módicos 40 mil dólares, aunque en realidad el Perspecta se propone con fines más ambiciosos que los hogareños. Para la biología, por ejemplo, la posibilidad de apreciar moléculas en todas sus dimensiones y poder trabajar sobre ellas supone un avance clave, tan importante como para mirarlas flotar en el aire y manosearlas en su cruda intimidad.