NOVEDADES EN CIENCIA
salven a venecia
nature Para Venecia
(aquella ciudad italiana de hermosos canales y que se está hundiendo
progresivamente en el mar) no todo está perdido. Un equipo de ingenieros
geomecánicos italianos tiene un plan para sacarla a flote: la idea de
Giuseppe Gambolati y su grupo de la Universidad de Padua consiste en elevar
la ciudad unos 30 centímetros en diez años a través de
la inyección de dióxido de carbono proveniente de estaciones de
servicio locales en la laguna (una franja arenosa ubicada entre 600 y 800 metros
por debajo de una zona que se encuentra atrapada entre una capa de cal y otra
de roca) en cuyo centro se alza –o más bien se hunde– la ciudad.
Gambolati cree que una progresiva y lenta inyección del gas a lo largo
de una década hará que la ciudad se eleve de forma pareja.
La propuesta ya fue entregada al Consorzio Venezia Nuova, la organización
encargada de proteger a Venecia, que ya tomó cartas en el asunto: por
ejemplo, sus autoridades planean construir un faraónico muro flotante
(llamado sugestivamente “Moisés”, acrónimo de “Módulo
Sperimentale Elettromeccanico” o MOSE) que detenga las sucesivas inundaciones
que allí se producen debido al ascenso del nivel del mar Adriático
cada cuatro días. El proyecto ya levantó bastantes críticas
más que nada por su costo increíblemente alto: 2300 millones de
euros. La barrera, que fue concebida después de una tremenda inundación
de 1966 y que empezaría a funcionar en 2011, está compuesta por
largas hileras de compuertas que permanecen en reposo sobre el fondo en las
tres bocas de la laguna de la ciudad. Cuando la marea sube un metro por encima
de la pleamar normal –lo que está sucediendo casi cien veces al
año–, se inyecta aire comprimido dentro de las compuertas para expulsar
el agua que mantienen en su interior. Si todo sale bien, la bellísima
ciudad que se hundió 23 centímetros más durante los ‘90
reflotará poco a poco, más maravillosa que nunca.
la franja de la vida (extraterrestre)
Science Aunque ahora
todos los ojos apuntan a Marte, donde hay un robotito que busca rastros de agua
líquida, un equipo de astrónomos australianos se hace el rebelde
y prefiere mirar lejos, mucho más lejos. Liderados por el astrofísico
Charles Lineweaver de la Universidad de New South Wales, en Sydney, los investigadores
afirmaron que una región en forma de anillo en el disco de la Vía
Láctea (que mide entre 21.000 a 27.000 años luz desde el centro
de la galaxia) se muestra como la de mayor potencial para encontrar vida en
nuestra galaxia. Allí, según aseguraron, hay alrededor de 20 mil
millones de sistemas estelares que muestran los requisitos esenciales para el
desarrollo de lo que hasta hora se conoce como “vida”: gran cantidad
de elementos pesados como para formar planetas terrestres y suficientemente
lejos de explosiones de posibles supernovas.
Con un sofisticado modelo de evolución galáctica hecho con computadoras,
encontraron que el diez por ciento de las estrellas localizadas en esa zona
concuerdan con ese criterio de “metalicidad”. El 75 por ciento de
las estrellas ubicadas en esa “franja habitable” (creada hace cuatro
mil millones de años y donde se formó el diez por ciento de las
estrellas de la Vía Láctea) son más viejas que el Sol,
por lo que si allí hay vida debe haber evolucionado más que en
la Tierra. “Cada vez que uno identifica regiones con altas concentraciones
de metalicidad, posiblemente allí se puede encontrar vida”, afirmó
Lineweaver.
Ahora bien, la metalicidad no es lo único que se necesita para que se
formen lugares donde puede haber vida. Los astrónomos también
observan regiones con relativamente pocas explosiones estelares al menos en
cuatro mil millones de años (el tiempo que tardó la Tierra en
formarse).
Entretanto, los astrofísicos ya empezaron a contar estrellas. Y lo hacen
una por una: no sea que se les pase alguna y pierdan de vista otro lugar donde,
como la Tierra, también surgió la vida.
la momia tiene cara nueva
NATIONAL GEOGRAPHIC
No todos los días se puede lucir cara nueva. Pero si se tienen 2300 años
encima uno se puede dar sus lujos: un grupo de arqueólogos, antropólogos
y expertos en informática canadienses armó una imagen increíblemente
realista de la cara de la “Momia Sulman”, una momia egipcia del período
tolemaico (332-330 a.C.), que a comienzos del siglo XX fue llevada de Egipto
a Canadá por la familia Sulman. Actualmente, se encuentra en el Museo
Chatham-Kent de Ontario. El objetivo del proyecto es hacer una “osteobiografía”
(o sea, contar la historia de vida a partir de los huesos) de una persona que
fue momificada y tener una idea de cómo lucía.
El proceso de reconstrucción facial comenzó en 2001 cuando se
trasladó el cuerpo al hospital St. Joseph’s Health Care y lo sometieron
a una sesión de tomografía computada. Luego lo llevaron a la Universidad
de Western Ontario y lo escanearon mediante láser. Con todo eso, los
investigadores tuvieron los datos suficientes para comenzar a moldear una momia
virtual y mostrarla al mundo por primera vez. El primer paso es disponer marcas
del grosor de los tejidos sobre el modelo del cráneo y luego poner de
a poco las capas de músculos en la cara.
El resultado fue un modelo tridimensional del cráneo de la momia que
se hizo con un sistema de prototipos rápidos llamado “Z-Corp 406”,
algo así como una impresora tridimensional, complementado luego con el
trabajo del artista canadiense de retratos Christian Cardell Corbet. Luce tan
bien, que con un poco más de maquillaje podría salir a caminar
por la calle... si y solo si estuviera viva.
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