FINAL DE JUEGO
› Por Leonardo Moledo
–Ah –dijo Kuhn–. Las cartas están tan interesantes que lamento que no esté el Comisario Inspector, pero creo que puedo tomar su lugar. Veamos: Claudio Sánchez sostiene que el fósil “original” y el producido por el copiador de átomos son iguales, pero que el original tiene a su favor factores sentimentales e históricos. Debo decir que no me convence del todo. Al fin y al cabo, esos factores no son otra cosas que enunciados, es decir, carteles mentales: sabemos que este hueso perteneció a un dinosaurio. Ahora bien, ¿qué pasa si, como sugiere Francisco Saizar, ponemos los dos fósiles en un cubilete, lo sacudimos...?
–Digamos que Francisco Saizar propone hacerlo con la Reina de Inglaterra –dijo el embajador inglés–, lo cual sin duda me ofende.
–Y no hablemos entonces de la carta de Carlos Calabrese –dijo Kuhn–. Pero bueno: Francisco Saizar propone mezclar los dos fósiles, y, sostiene, una vez mezclados no habría forma alguna de distinguirlos. De lo cual deduce la completa identidad entre los dos fósiles y que la idea de verdadero o falso, o bien “original y copia”, carece de sentido.
–Es lo que yo decía –dijo el embajador de Inglaterra–. Las cosas carecen de sentido.
–Ahora bien –dijo Kuhn–, Víctor Gruszeczka hace una objeción muy, pero muy interesante, al sostener que la copia misma no tendría sentido. Es una objeción complicada, que podemos analizar el próximo sábado, y mientras tanto, dejamos como enigma a nuestros lectores las dos posiciones de Claudio Sánchez y Francisco Saizar.
¿Qué piensan nuestros lectores? ¿Qué postura los convence más?
LAS BIROMES DE CORTAZAR
Un fósil fabricado artificialmente, reproduciendo átomo a átomo uno original, sería tan “bueno” como éste desde el punto de vista de que serviría para estudiar sus propiedades, por ejemplo, tanto como lo sería el original. Pero no por eso podríamos decir que sería auténtico. La autenticidad de un objeto no depende solamente de su esencia material.
También influyen factores históricos, sentimentales y económicos. Es probable que Julio Cortázar haya usado alguna vez una birome Bic idéntica a los millones que se fabrican anualmente en todo el mundo. Pero la de Cortázar sería especial y tendría un valor histórico, sentimental y económico mayor que el de las demás. Incluso, mayor que el de una perteneciente a la misma partida y vendida en la misma librería.
Claudio H. Sánchez
LA REINA COPIA
Estimados amigos: En el caso propuesto no habría diferencia entre el ejemplar “auténtico” u “original”; y el “falso” o “copia”. Creo que así perderían sentido estas palabras. La única diferencia entre la Reina de Inglaterra original y la Reina copia sería su orden de aparición; es decir el tiempo. Habría que hablar de la “primera” y de la segunda” Reina. ¿Pero qué pasa si las meto en un gigantesco cubilete a cada una y las sacudo (con todo respeto) un rato? ¿Cuál es cuál?
Francisco C. Saizar
OTRA REALIDAD
Buenas, quería opinar que para que un fósil sintético creado con una “duplicadora de átomos” fuese igual al original, no sólo tendría que tener la misma cantidad de átomos (y electrones y demás partículas subatómicas) en la misma posición que el original, sino que además tendría que ocupar la misma posición en el espacio, lo cual, si se pudiese realizar, haría que el acto de crear un fósil sintético fuese completamente inútil, suponiendo el caso de un coleccionista que quiere tener en su casa los mismos fósiles que determinado museo. No sé si para otra cosa pudiese tener otra utilidad.
Saludos,
Víctor Gruszeczka
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