–Creo que debemos mandar un saludo a los chicos de 7º grado tarde de la Escuela Nº 3 de Monte Castro –dijo Kuhn, que estaba contento porque casi todas las cartas habían llegado dirigidas a él–. Y también a la maestra, la bibliotecaria y el profesor de ajedrez.
–Y también –dijo el Comisario Inspector– quiero mandarle un saludo personal a León Arslanian, y desearle suerte. El día que la policía deje los negocios sucios y se dedique por entero a la metafísica, que es para lo que está, la seguridad estará garantizada.
–No creo que sea tan simple –dijo Kuhn–, pero de todos modos, la guerra emprendida entre los médicos y Julio Nudler nos ha tomado todo el espacio, y el enigma, si no me equivoco, es largo.
–Lo envió Daniel Lerner –dijo el Comisario Inspector– y es una variante del enigma de los sombreros. Aquí va.

Juan, Pedro y Ricardo compiten por un único premio en un concurso televisivo. El concurso consiste en lo siguiente: los tres participantes son sentados en fila, de tal forma que Juan queda sentado adelante, Pedro en el medio y Ricardo atrás de todo. La distancia entre ellos, sin embargo, es suficiente para que ninguno pueda escuchar lo que contesta el otro. El animador saca, de una caja que contiene 5 tarjetones numerados del 1 al 5, un tarjetón al azar que coloca en la espalda de Juan. Luego saca otro, que coloca en la espalda de Pedro y –por último– un tercer tarjetón que coloca en la espalda de Ricardo. Dada la forma en que están sentados, Ricardo puede ver los números de Juan y Pedro, Pedro puede ver el número de Juan y Juan no puede ver ningún número. Ganará el concurso aquel participante que en un solo intento adivine la paridad del número que lleva puesto, es decir si es par o impar. Al primer acierto, el juego se interrumpirá de inmediato y el ganador se llevará el premio. El animador, después de explicar estas reglas a los participantes, se acerca a Ricardo y le pide que juegue su chance. Ricardo contesta y pierde. El animador pregunta a Pedro. Pedro contesta y pierde. El animador se acerca a Juan. Juan, con absoluta certeza, contesta correctamente y gana. ¿Qué contestó Juan?

¿Qué piensan nuestros lectores? ¿Qué contestó?

Correo de lectores

SOBRE LOS SOMBREROS
Estimados Kuhn y Comisario Inspector:
Es un placer para mí hacerles conocer que gracias a Uds., y a los enigmas planteados, se ha empezado a desarrollar una hermosa competencia entre compañeros de trabajo, lo cual hace que esperemos con ansias la llegada del día lunes para debatir las soluciones y develar los ganadores de la semana anterior.
Debido a esto me he decidido a enviarles la solución, que creo es la correcta, al enigma de los sombreros, solución que me encantaría fuera publicada:
u La persona de visión normal no puede saber el color de su sombrero debido a que ve en las otras personas un sombrero blanco y uno negro, o ambos negros (nunca pudo ver dos blancos, si no sabría indefectibleente que el suyo es negro).
u La persona tuerta tiene también ambas chances.
u El ciego analiza las posibilidades y al ver que el tuerto no pudo develar el color del sombrero, se da cuenta de que el suyo no puede ser blanco, ya que si lo fuera, el tuerto se habría percatado de que el suyo era negro, sabiendo que si el de él hubiera sido blanco, la persona de visión normal habría visto dos blancos, y como mencioné anteriormente el suyo sería indefectiblemente negro.
Por ende, el sombrero de la persona ciega –no hay otra posibilidad, creo– es negro.
Luis Perosio