¿Se puede hacer alguna reflexión sobre el episodio en el que Superman, para volver el tiempo atrás, vuela alrededor de la Tierra y la hace girar en sentido inverso?

Claudio Sánchez.: Esa idea ya estaba presente en los años ’60 en Las aventuras de Pi Pío en la revista Anteojito. Hay solamente un efecto de retraso del tiempo vinculado con algo parecido, que es cuando se da una vuelta alrededor del mundo, al cruzar la línea del cambio de fecha allí por el Océano Pacífico, hay que mover el calendario un día. Eso es lo que le pasa en un sentido al protagonista del La vuelta al mundo en ochenta días, que llega antes de lo que pensaba, y en el otro sentido a Elcano, que llega un día antes de lo que cree.

Leonardo Moledo: Pero no es un retraso de tiempo, sino de calendario. De paso, esa es una historia interesante. Había un tipo, Pigafetta, que llevaba un diario en el viaje de Magallanes-Elcano y cuando llegaron de vuelta a España se encontró con que el diario decía que era un día y en España era el día siguiente. Nadie lo podía explicar, hasta que los astrónomos de la corte papal aclararon el asunto. Fue el primer registro de jet-lag.

C. S.: O “Ship-lag”.

Una vez leí que el hombre halcón, para poder volar tendría que tener unos pectorales ultragigantes. En el caso de Flash, que es capaz de correr a la velocidad de la luz, ¿cómo tendría que ser?

C. S.: No da la capacidad de reacción de los músculos: es decir, los músculos no se pueden mover tan rápido y además la energía tampoco da. Si uno quiere ser riguroso se dedica a la novela histórica.

¿Por qué necesitamos de superhéroes?

L. M.: No es lo único que necesitamos; también están los cuentos de hadas, adonde proyectamos cosas. Y después encontramos también la interpretación más evidente de que Superman representa a los Estados Unidos y al ideal norteamericano.

C. S.: No es una casualidad que Superman haya nacido en 1938.

L. M.: Lo mismo ocurre, por ejemplo, con los superhéroes franceses Asterix y Obelix, que reflejan también ciertos ideales de la cultura francesa. Patoruzú es un cacique indígena, terrateniente, está lleno de plata y tiene a su lado a un tipo que es un vivillo, sobrino de un militar. Es decir, que simboliza bastante bien al prototipo argentino pregolpe del ’76. En todas las historias de superhéroes, en última instancia, siempre lo que predomina es la fuerza. Eso se ve también en las películas de invasiones de extraterrestres o de villanos que quieren acabar con el mundo. Siempre al final hay una especie de pelea última en la que las cosas se arreglan a las piñas, con la simple fuerza primitiva. Otra característica es que el superhéroe necesita un talón de Aquiles, un lugar vulnerable, porque si no, desde el punto de vista narrativo la cosa no funciona. Aquiles tenía el talón, y Superman la kriptonita.

C. S.: Si no, serían dioses.

L.M.: Claro, serían seres completamente invulnerables que, narrativamente, no tendrían ningún interés.