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Si el cuidado de Hergé en los detalles permite ilustrar y aprender algunos fenómenos físicos interesantes, también sus errores sirven para eso mismo. En La física en preguntas (JeanMarc LévyLeblond, Alianza Editorial, El libro de bolsillo), se plantean acertijos basados en juegos, libros e historietas. Uno de los primeros enigmas está ilustrado con viñetas de El secreto del unicornio.

Encerrado en el castillo de Moulinsart, Tintín encuentra una gran viga de madera. Quiere usarla como ariete para derribar la puerta pero apenas puede levantarla. Entonces hace una cuerda con sábanas anudadas, ata un extremo a la viga y pasa el otro por una anilla en el techo. Entonces, tira de la cuerda hacia abajo con todas sus fuerzas para izar la viga. ¿Es esto posible, se pregunta el autor?

No, no lo es. Aunque izar la viga es más fácil que levantarla directamente, Tintín no puede levantar por este medio un objeto más pesado que él mismo. Y por las dimensiones de la viga, tal como está dibujada, se deduce que debería tener un peso de no menos de doscientos kilos.