Edison, Auster y el antisemitismo
“Mi padre trabajó durante toda su vida. A los 9 años tuvo su primer trabajo, a los 18 tenía un negocio de reparación de radios con uno de sus hermanos. Con la excepción de una jornada como asistente del laboratorio de Thomas Edison (sólo para ser echado al día siguiente, cuando Edison se enteró de que era judío), mi padre nunca trabajó para nadie. Era un jefe muy exigente consigo mismo, mucho más de lo que podría haber sido cualquier otro.”
La invención de la soledad, Paul Auster, Anagrama, Barcelona, 1994.
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