“Countdown 2015” es el nombre de la campaña que ONG europeas están llevando adelante para presionar a los gobiernos comprometidos con las metas en derechos sexuales y reproductivos que se plantearon, en 1994, en la Conferencia Internacional Sobre Población y Desarrollo en El Cairo. “Este año, 2004, es el décimo aniversario de esa promesa, a mitad de camino en la cuenta regresiva para el año 2015”, reza su página web apenas han pasado unos días de la Mesa Redonda Global que, desde Londres, difundió información y acciones para que los ciudadanos de los países desarrollados presionen a sus gobiernos y logren que aporten los fondos prometidos. Hubo consenso, como declaró Steven W. Sinding –director general de la International Parenthood Foundation– en que “es esencial unir al movimiento social de lucha por los derechos sexuales y reproductivos con el movimiento de lucha contra el vih/sida”, habida cuenta de que la propagación del vih se relaciona directamente con la escasez de recursos para prevenir, “pero también se debe al fracaso de países donantes cuando se trata de cumplir su promesa de 1994 para invertir en cuidados para la mujer y la salud reproductiva”. Por eso mismo, Countdown 2015 reclama políticas públicas que subsanen las condiciones de vulnerabilidad de la población femenina en general. Las ONG acordaron dar forma a un movimiento global que asegure que cada mujer de cada país tenga acceso a servicios de aborto seguro. De acuerdo con un análisis de presupuestos gubernamentales realizado por la Acción Internacional para la Población, los países industrializados sólo aportaron 10 mil millones de dólares de los 30 mil que habían prometido para el período 1996-2001 (con excepción de Dinamarca, Luxemburgo, Holanda, Noruega y Suecia, que cumplieron con sus metas), una carencia que de no haber existido podría haber prevenido 268 millones de embarazos no deseados, 113 millones de abortos inducidos, 7,2 millones de muertes de bebés y 733 mil muertes relacionadas con el embarazo. “Cada dólar invertido en salud reproductiva –señaló Ros Davies, directora de la ONG Interact Worlwide– ahorra 16 dólares en tratamientos posteriores.”

Adiós a Joaquina
Prefería no alejarse de su campo en La Pampa para no dejar solos a sus chanchos, y esgrimía discursos como candidata a senadora nacional por el ARI basados en una metáfora de lo que conocía: iba a meterse al chiquero de la política con decisión. Viuda y sin hijos, Joaquina Moreno tenía 72 años, no más de un metro cincuenta y una fuerza envidiable que le sirvió para acompañar a Lucy de Cornelis en la fundación del Movimiento de Mujeres Agropecuarias en Lucha. Murió el lunes de esta semana, y se llevó con ella los recuerdos de los primeros remates por deudas que logró frenar.