¿Puede alguien esfumarse?

Este jueves se cumplió un año de la desaparición y búsqueda de Florencia Pennacchi, la estudiante neuquina de 25 años que el miércoles 16 de marzo de 2004 salió de su casa de Palermo y “se esfumó”, frase que aún hoy sostienen funcionarios judiciales y policiales. En un comunicado difundido esta semana, su familia aseguró “desde un principio que Flor no planeó irse, que no se fue por su propia voluntad, y sin embargo la Justicia comenzó a desconfiar de la víctima”. En un acto convocado ayer en la Facultad de Ciencias Económicas por familiares y amigos, se hizo público un “fondo de recompensa” para quien pueda aportar datos fehacientes sobre su paradero. “Esperamos que las autoridades judiciales avalen con acciones concretas esta idea, agotando todos los medios para encontrarla a ella y a los cientos de chicos de su edad que desaparecen en este país.”

Cuando recordar es celebrar

Hay una afirmación de principios en que el recuerdo se elige corporizar en un brindis y no en la solemnidad de un acto, unos discursos pretendidamente serios y un aplauso. Una reivindicación, digamos, que haría las delicias de la homenajeada de saber que tal cosa se pensó, se hizo: que la llamada reunió personas para brindar en su nombre. Por lo menos, si de lo que se trata es de un brindis en honor de la activista feminista Diana Staubli. Será mañana, a las 18 hs en el aula Azul del C. C. R. Rojas, Corrientes 2038.