RAMOS GENERALES
Un baobab para mujeres nigerianas
Ezinne Ndidi tiene 32 años y es abogada. Nació y reside en Lagos, donde integra Baobab, una ONG dedicada a defender los derechos humanos de las mujeres, que en esa latitud africana son sistemáticamente violados de modos muchas veces horrendos. Ndidi dejó hace unos meses una promisoria carrera en el derecho empresarial para abocarse a casos concretos de mujeres nigerianas condenadas a muerte por lapidación tras haber sido halladas culpables de adulterio o fornicación por tribunales islámicos que interpretan a su antojo la ley de la sharia. Ndidi es la abogada de Amina Lawal, cuyo caso dio la vuelta al mundo y despertó la solidaridad de centenares de miles de personas que lograron la revisión de su condena. En el despacho de Baobab trabajan 15 mujeres contra la discriminación de género y la defensa de los derechos humanos. Tiene además grupos de investigación en 14 estados de Nigeria, un país en el que los atropellos contra las mujeres son cotidianos, más allá de lo simpáticos que puedan haber resultado sus jugadores de fútbol. Los tribunales muchas veces condenan a mujeres tras haberlas forzado a confesar relaciones sexuales fuera del matrimonio.