INTERNACIONALES
Mujeres de Guatemala en riesgo
En los últimos tres años, en Guatemala se registraron 1102 muertes violentas de mujeres jóvenes y 25 mil denuncias de violencia intrafamiliar. Ante la ausencia de políticas públicas que prevengan de los femicidios y maltratos, la periodista Marielos Monzón y los movimientos de mujeres lograron que una enviada
de Naciones Unidas y Jane Fonda visitaran el país, para llamar la atención de la comunidad internacional.
› Por Sandra Chaher
Más de mil mujeres guatemaltecas murieron en los últimos tres años sin que se sepa por qué y sin que se responsabilice a nadie. El 2003 fue el peor año: 358 mujeres fueron encontradas muertas, muchas abusadas sexualmente. Sólo 32 de esos casos fueron investigados por la Justicia y de ellos sólo uno llegó a juicio. En 2004, a comienzos de febrero, visitó Guatemala la relatora especial de las Naciones Unidas sobre la Violencia contra la Mujer, Yakin Ertürk, invitada por los organismos de mujeres para que viera y denunciara ante el mundo lo que allí sucede. Gracias a esa visita, el caso fue cubierto por medios periodísticos internacionales y empezó a trascender las fronteras. Pero antes, en noviembre de 2003, la actriz norteamericana Jane Fonda también había visitado Guatemala, alertada en su caso por la periodista Marielos Monzón. Al abandonar el país, Fonda prometió volver con “un ejército de vaginas” para luchar junto a las guatemaltecas.
Marielos Monzón es internacionalmente reconocida por su lucha por los derechos humanos, especialmente en relación con las mujeres. En 2002, cuando asistió al 1er. Foro Internacional de Mujeres contra la Corrupción –en Buenos Aires–, su programa de radio había sido censurado, y sólo podía trabajar en la columna semanal de un periódico. Sin embargo, seguía alzando su voz contra quienes conspiran desde dentro y fuera del gobierno y los estamentos de poder para que fracase la transición democrática que empezó en Guatemala en 1996, después de casi cuarenta años de dictaduras y guerra civil. En esta entrevista –realizada por correo electrónico– describe la situación de las mujeres en su país, el contexto en que se están produciendo estos asesinatos que ya reciben –como los de Ciudad Juárez, en México– el nombre de femicidio, y su propio calvario por seguir defendiendo la libertad de expresión.
–¿Quién está matando a las guatemaltecas y por qué?
–No se sabe con certeza la causa de los asesinatos. Hay varias hipótesis. Algunas apuntan a que son grupos de delincuentes juveniles que violan, torturan y matan mujeres como parte de ritos satánicos o como entrenamiento para delinquir. Hay quienes señalan al crimen organizado o a cuerpos clandestinos, como se conocen en Guatemala, que buscan mantener la zozobra y el estado de pánico en la población. Otros aseguran que puede haber una conexión directa entre las dos causas anteriores. Lo cierto es que hay una total impunidad en estos casos, no hay ni investigación ni persecución penal seria ni se le ha dado la debida atención por parte de ninguno de los tres organismos del Estado.
–¿Las víctimas son sólo mujeres?
–Los asesinatos son principalmente de mujeres jóvenes, la mayoría de clase social media baja y baja que viven en zonas urbanas populares de la ciudad de Guatemala y de municipios aledaños. Los asesinatos se concentran en la zona central del país, aunque ha habido algún hallazgo en otros departamentos. En algunos casos, los menos, han aparecido cuerpos de jóvenes hombres (ex integrantes de maras o pandillas juveniles) que estaban en proceso de rehabilitación. En otros casos aislados se da la muerte de parejas jóvenes. Pero la gran mayoría fueron mujeres sometidas a violación sexual, tortura y asesinadas con saña; además, algunas partes de su cuerpo fueron mutiladas; y también muchas veces se les dio el tiro de gracia. Aparecen en bolsas de plástico o toneles de basura rellenos con cemento. Es muy notoria la coincidencia entre la forma de estos asesinatos y los de la época de la dictadura.
–¿Cuál es el contexto sociopolítico en el que se están produciendo estas muertes?
–Las muertes de mujeres guatemaltecas se dieron durante el conflicto armado interno, en el marco del genocidio ocurrido en el país que dejó al menos 250 mil muertos y 50 mil desaparecidos. En Guatemala se utilizó la violación como método de tortura y el informe de la Comisión de Esclarecimiento Histórico presentado por Naciones Unidas documenta cientos de casos de violación, tortura, asesinato de mujeres con arma de fuego, cuchillo o incendio. Las mujeres embarazadas eran víctimas de una doble tortura cuando les abrían el vientre y sacaban los hijos para luego matarlas a ellas. Todo esto ocurrió durante el conflicto armado interno que duró más de 36 años y finalizó con la firma de los Acuerdos de Paz en 1996. Hace aproximadamente cuatro años empezaron a darse los asesinatos de mujeres jóvenes con señales de tortura y violación; sin embargo no se prestó mucha atención y continuaron en mayor número y con mayor frecuencia. Guatemala se encuentra ahora en un proceso de consolidación democrática después de más de 40 años de dictaduras militares y 30 años de guerra. Ha habido cinco elecciones generales y nos han gobernado 6 presidentes después del intento de un autogolpe en el año 1992. Sin embargo, la violencia no ha cesado, el acoso e intimidación contra activistas y defensores de derechos humanos, líderes indígenas y periodistas es una constante, y el crimen organizado con secuestros, asaltos a bancos y residencias, camiones blindados, o furgones, también. Se asegura que operan un número no establecido de cuerpos paralelos o aparatos clandestinos que son quienes efectúan operaciones de este tipo y lavan dinero. Todos ex miembros de aparatos de inteligencia y represión durante las dictaduras militares.
–Se asocia el asesinato de mujeres en Guatemala con el femicidio de Ciudad Juárez, en México, donde en 10 años fueron asesinadas casi 400 mujeres. Sin embargo, según el último informe de Amnistía Internacional, lo que está pasando en México pareciera ser más fruto de la violencia doméstica que de la social o política. ¿Creés que se pueden vincular ambas situaciones?
–La situación de Guatemala rebasa los límites imaginables. No tiene parangón con lo que sucede en otros países de la región. La relatora de Naciones Unidas sobre Violencia contra la Mujer resumió lo que vio en Guatemala como “impunidad, impunidad, impunidad” y aseveró que es el país en situación más crítica del continente. Incluso en el tema de violencia intrafamiliar. Es decir, la situación de violencia contra las mujeres en todos los ámbitos es alarmante y un tema al que casi no se le presta atención ni en los medios de comunicación ni en los organismos del Estado.
–¿Cómo están actuando las organizaciones de mujeres frente a estos crímenes?
–Existe la Red de No Violencia contra la Mujer que aglutina a 22 organizaciones que están trabajando en una estrategia de denuncia e incidencia hacia los organismos e instituciones estatales. Fue la Red la que hizo la invitación a la relatora de Naciones Unidas para visitar el país e hizo las gestiones ante el gobierno para que fuera invitada oficialmente. Según información recabada por la Red en las diversas instituciones y medios de comunicación: entre enero de 2001 y enero de 2004 se han reportado 1101 muertes violentas de mujeres por diversas causas y un total de 25 mil denuncias por casos de violencia intrafamiliar. Según estos datos las muertes se registran en mujeres de entre 18 y 30 años de edad.
–¿Cuáles fueron los efectos de las visitas de Jane Fonda a fines de 2003 y de la relatora de las Naciones Unidas sobre la Violencia contra la Mujer?
–Jane Fonda conoció la situación de violencia contra la mujer en Guatemala cuando me entregó un reconocimiento al coraje periodístico en Nueva York en octubre del año pasado. Alarmada por las historias que le conté decidió venir a ver qué podía hacer para ayudar, según sus propias palabras. Quedó absolutamente espantada. Se reunió con organizaciones de mujeres, grupos de derechos humanos, diputadas electas al Congreso de la República y los dos candidatos presidenciales (en esa época estábamos en plena carrera electoral), e hizo una declaración final en una conferencia de prensa con amplia cobertura de medios nacionales y extranjeros sobre la necesidad de detener inmediatamente la violencia y los asesinatos, y también dijo que volvería con un “ejército de vaginas” a pararse al lado de las guatemaltecas y detener la violencia. Habló también de cómo su organización Día V empezará una campaña mundial para presionar a las autoridades a actuar para frenar la violencia y castigar a los responsables. La relatora de Naciones Unidas, la egipcia Yakin Ertürk, vino por varios días al país en febrero de este año, a petición de organizaciones de mujeres y por invitación de las nuevas autoridades del gobierno que recién asumió. Sostuvo entrevistas con personalidades de gobierno, activistas, mujeres organizadas, periodistas, fiscales y jueces y remitirá un informe a finales de este año sobre lo que vio y sus conclusiones. Sin embargo, fue enfática en denunciar la situación, advertir que es la peor de la región, que se necesita voluntad política y acciones urgentes y comprometer a los organismos del Estado en el tema. Ambas visitas contribuyeron realmente a que el tema tuviera eco en los medios nacionales y extranjeros y también a que las autoridades se vieran obligadas a hablar del asunto y prestarle atención, aunque hasta el momento no ha habido ninguna respuesta integral e inmediata.
–¿Cuál es tu situación actual?
–Desde 1997 he sido víctima de acoso, persecución y amenazas a causa del ejercicio de mi profesión. He sufrido tres allanamientos a mi residencia; y junto a mis dos hijos, de 10 y 12 años, he tenido que salir del país temporalmente para resguardar nuestra integridad. Dos programas de radio que conducía han sido clausurados por presiones y amenazas. En agosto de 2003 dos hombres armados me abordaron a plena luz del día en una zona céntrica de la ciudad de Guatemala para advertirme que debía dejar mi trabajo periodístico de investigación y denuncias en temas de derechos humanos. Mi correo electrónico y mis teléfonos celulares así como los de mi casa siguen intervenidos. A la fecha, se vive en Guatemala un clima de persecución y acoso a defensores de derechos humanos, líderes comunitarios y periodistas. Actualmente, trabajo para el diario Prensa Libre y conduzco un programa de televisión en el canal Guatevisión. Además, estoy en el proceso de formación de una nueva emisora noticiosa para continuar con mi trabajo. Desde la Red de Mujeres Periodistas de Guatemala hemos dado seguimiento al tema de la violencia contra la mujer y realizado columnas y reportajes que denuncian los hechos para movilizar a la opinión pública y presionar a las autoridades de gobierno a frenar de una vez esta violencia.