A mediados de los 90s, la escritora, poeta y ensayista Margaret Atwood -feminista y ecologista, una de las más reputadas escritoras canadienses, que recientemente sumó el premio PEN Pinter a su lista de lustrosos galardones- publicó Alias Grace, novela inspirada en cierto hecho histórico: un famoso doble crimen acaecido en el siglo XIX, por el que se culpó a Grace Marks, sirvienta de 16, por el asesinato de su patrón y el ama de llaves. Por su edad y sexo, Marks no padeció horca (a diferencia de su presunto secuaz); en cambio, se la sentenció a cadena perpetua. El caso apasionó a Atwood, del mismo modo que, en la pluma de Margaret, hoy apasiona a la directora y actriz Sarah Polley (Stories We Tell, Lejos de ella), quien ha traccionado un proyecto para adaptar la novela a pantalla chica. Y así será, deviniendo miniserie en seis entregas, con auspiciosas características: no solo Polley se encargará del guión; Marry Harron (directora de Psicópata Americano, ni más ni menos) será la realizadora del film. ¿Qué más se puede pedir con esta reunión de célebres y excelsas, que comienzan a rodar el mes próximo?

“Esta adaptación de Polley demuestra lo que significa el concepto ‘proyecto liderado por mujeres’”, se alegra el sitio The Mary Sue, anotando que también la productora detrás de la iniciativa es una muchacha: Noreen Halpern, de Halfire Entertainment. Claro que, según advierte la web, a esta altura del partido no debería ser una rareza, como lo es, que los teams estén integrados por señoras y señoritas, en especial cuando se han probado exitosas en taquilla y recepción. “¿Por qué es un suceso que pareciera ocurrir una vez al año? ¿Por qué mi corazón da un saltito de emoción cuando ve a tantas profesionales vinculadas a cualquier tipo de empresa? ¿Por qué, en 2016, no es algo habitual, que simplemente sucede?”, interroga la periodista Teresa Jusino, quien además de pasar parte -la filmación comenzará en Ontario, Canadá, en agosto-, cierra con opinión compartida: que, a la espera de su estreno por Netflix, aguarda expectante, con tantas ansias como buenos augurios.