Cuatro de cada diez personas –entre 4226 varones y mujeres encuestadas/os por Rexona y la socióloga Marou Rivero– admitieron que pasan demasiado tiempo sentadas/os. Pero levantar la cola de la silla no es solo para gustar físicamente o someterse a mandatos inhóspitos, sino para gustarse y sentir el cuerpo propio. No hace falta ir a un gimnasio para empezar a hacer actividad física, sino que se pueden esquivar autos, ascensores y escaleras mecánicas, y subir escalones y caminar. Precisamente, que el movimiento sea goce. El 89 por ciento de las/los entrevistadxs se motiva si hace ejercicio con sus amigxs y el 78 por ciento busca actividades que sean divertidas.

En ese sentido, bailar o pegar patadas y defenderse con zumba y fight do puede ser un placer donde los brazos y las piernas se estiren, giren y adquieran fuerza con goce. A veces los gimnasios se vuelven una nueva obligación, pero pueden también encontrarse estrategias para ganar alegría y garra en el movimiento. “Fight do es una clase con una finalidad de entrenamiento cardiovascular y entrenamiento coordinativo. Aporta toda la mística de los gestos de las artes marciales y la concentración para ejecutarlos técnicamente. En cuanto a zumba, al ser una clase de entrenamiento cardiovascular a través del baile, el aporte pasa por toda la plasticidad, coordinación y soltura que el baile agrega. Además, es impresionante percibir la energía que se genera en el salón al ver a la gente bailar siguiendo los patrones del instructor y donde queda en segundo plano el entrenamiento y la quema de calorías. En zumba la estimulación es continua. Se trata de diversión, coordinación, desinhibición, música y movimiento”, apunta Facundo Esteves, gerente de Servicios de Megatlon.