horas laborales lograron recuperar las mujeres privadas de libertad en la Unidad 31 de Ezeiza, gracias a una huelga de brazos caídos que iniciaron la semana pasada contra la vulneración de sus derechos laborales por parte del Servicio Penitenciario. La decisión colectiva tuvo alto acatamiento: lograron que no se les recorte las horas, no se les descontará por asistir a Educación ni a los comparendos con el tribunal, por visita o por reposo médico, decisiones arbitrarias que ya se estaban dando en otros penales y que también intentaron instalar en la U31. En un comunicado, la Red de Cooperativas de Liberad*s y Organizaciones Sociales en Contexto de Encierro declaró que “ésta es una batalla ganada dentro de una lucha más grande para las mujeres privadas de libertad y las múltiples violencias de las que son objeto cada día, siendo vulnerados sus cuerpos y su capacidad de acción dentro del régimen penitenciario. Celebramos que haya germinado la semilla de la construcción colectiva”.