Vie 01.04.2005
las12

VIOLENCIAS

inocencia interrumpida

A mediados de marzo, un operativo coordinado por la Guardia Civil Española dejó al descubierto una gigantesca red de pornografía infantil en Internet que involucraba a 12 países, entre los que se cuenta la Argentina. Pero ésta fue sólo la porción a la vista de una inmensa red sumergida y amparada por la tecnología virtual que todos los días abre nuevas posibilidades para pedófilos/as y victimiza una y otra vez a niños, niñas y adolescentes.

› Por Sonia Santoro

Por Sonia Santoro

Es conocida popularmente como Vicky. Ella se para frente a la cámara y se va sacando de a poco su ropa: primero la remera, luego la pollera. Vicky se queda con un corpiño sobre sus pechos totalmente planos, con una bombacha holgada que le cubre toda la cola, y con unas medias ancladas a mitad de los muslos. Da una vuelta antes de quitarse la bombacha, siempre mirando a cámara y acatando órdenes del camarógrafo aficionado. Y finalmente se saca el corpiño: se baja los breteles de a uno y hace girar el contorno de la prenda hasta que el broche queda adelante. Recién entonces se lo desabrocha. El gesto, por si quedaran dudas sobre su edad, delata que Vicky no es más que una nena. ¿Tendrá 10 años? ¿Quién sabrá cuál es su verdadero nombre? A la infinidad de “conocidos” que acceden a ella a través de Internet poco parece importarles. Vicky es una de las tantas víctimas de pornografía infantil a la que pedófilos del mundo entero visitan y revictimizan diariamente.
El 17 de marzo, los medios difundieron un operativo internacional coordinado por la Guardia Civil Española para desarticular una red de pornografía infantil por Internet en 12 países, incluida la Argentina.
El disparador fue la denuncia realizada por un ciudadano de la localidad de Caldas de Rei, sobre la existencia de fotografías “altamente agresivas en las que aparecían menores y que se podían conseguir en un chat público”. En el chat, de habla hispana, se llegaron a distribuir más de 20 mil artículos con contenido pedófilo, filmaciones, fotografías y grabaciones, además de otros documentos que fueron analizados por los investigadores. Luego se siguieron las conexiones en distintos países y se hicieron allanamientos en otras localidades de España, Argentina, Francia, Italia, Suecia, Holanda, Chile, Panamá, Costa Rica, México, República Dominicana y Uruguay.
En total hubo 500 detenciones, una en la Argentina. Se trata de un profesor de informática de 55 años de la localidad de Moreno. Según el diario Clarín, este hombre daba clases en un colegio religioso de Merlo. Y en su casa sacaba fotos y filmaba a chicos en posiciones sexuales. Uno de ellos declaró que le había ofrecido 15 pesos a cambio de dejarse fotografiar.
Apenas un mes atrás se conocía en Tucumán el caso de un hombre de 32 años acusado de haberle sacado fotos íntimas por lo menos a un menor. La ONG Adoptar, que maneja la línea 102 de esa provincia, dijo a Las/12 que en noviembre del 2004 recibieron “una denuncia anónima respecto de esta banda de pornografía infantil con sede en nuestra provincia y con conexiones internacionales”. Según el diario La Gaceta de Tucumán, fue la madre de un adolescente de 16 años quien denunció ante la Justicia que su hijo se había encontrado en un sitio pornográfico de Internet con fotos suyas. La causa ya tiene un detenido, Néstor Fabián Rosciano, caratulada como “Rosciano sobre corrupción de menores” y está a cargo del fiscal Pedro Gallo (Fiscalía 4ª) y del juez de garantía Alfonso Zotoli.
Siempre según el relato del diario La Gaceta, el adolescente dijo que entraba diariamente a una sala de chat, en la cual comenzó a tener comunicación más privada con una persona que se hacía llamar Fabián. Luego de algunas semanas se encontraron en un bar y el hombre lo habría convencido de que fueran a un departamento. Allí le habría ofrecido 100 pesos para sacarle fotos en poses sexuales para mandárselas a unos amigos en el exterior. Hubo varios encuentros posteriores en un hotel, donde el chico fue con un amigo para retratarse juntos. Tiempo después, el chico encontró esas fotos junto a las de otros menores en una página porno.


La pornografía infantil no es un delito nuevo, pero los avances tecnológicos están facilitando su desarrollo. Antes, producir pornografía requería de un estudio para revelar fotos o tener algún contacto de confianza donde revelarlas. De lo contrario se era presa fácil para la policía (basta recordar que, en noviembre del 2003, un hombre de Bella Vista fue detenido después de haber llevado a revelar 140 imágenes de nenas desnudas). Hoy, con mínimos conocimientos de informática, del uso de una web-cam o de una cámara digital, cualquiera puede producir pornografía. Y además lo que sucede con Internet, coinciden los especialistas, es que naturaliza la conducta del pedófilo, que encuentra allí pares con quien compartir lo que hasta el momento era de su ámbito más íntimo.
Según un estudio de la ONG española Anesvad, en el mundo hay más de 4 millones de zonas de Internet que contienen material de sexo con menores y cada día se crean 500 sitios nuevos. Reciben unos 2 millones de visitas al año y la industria mueve unos 6 mil millones de euros anuales. Aproximadamente, el 60 por ciento de estos sitios son pagos (unos 40 euros mensuales) y están alojados en países con alto desarrollo tecnológico y gran desigualdad económica, como Rusia o Brasil.
Por otro lado, el 40 por ciento restante es de acceso gratuito y fomenta el intercambio de material pornográfico de todo tipo (fotos, videos, audios, textos) para poder acceder a los documentos que ofrecen.
En la Argentina no hay datos precisos sobre la dimensión de este delito, pero su incremento puede deducirse a partir de algunos datos de la División de Inteligencia Informática de la Policía Federal. En el año 2000 se registraban 4 causas por averiguación de la infracción al artículo 128 del Código Penal –que estipula penas de entre seis meses y cuatro años de prisión a quien produjere o publicare imágenes pornográficas en las que se exhibieran a menores de 18 años– y en el 2003 hubo 25. Sin embargo, la legislación no está actualizada. El artículo 128 es anterior a las sutilezas de Internet. Y hay varios proyectos tratando de adecuar la legislación, pero hasta el momento ninguno ha sido aprobado. El Protocolo de la Convención de los Derechos del Niño tiene una definición bastante amplia y avanzada, ya que establece que “por pornografía infantil se entiende toda representación, por cualquier medio, de un niño dedicado a actividades sexuales explícitas, reales o simuladas, o toda representación de las partes genitales de un niño con fines primordialmente sexuales”. Pero, a pesar de que el instrumento fue ratificado por la Argentina, aún no fue reglamentado.


El Consejo Nacional de la Niñez, Adolescencia y Familia (Connaf), por su parte, está en la etapa de diagnóstico y diseño de algunas acciones. Durante el 2004 realizó la “Investigación sobre tráfico de niños/as con fines de explotación sexual, pornografía infantil en Internet y marcos normativos”. En el capítulo destinado a este tema, Inda Klein, coordinadora del Programa Interamericano de Información sobre Niñez y Familia, hizo un trabajo de campo para determinar el nivel de difusión de la pornografía infantil en la red y sus mecanismos, y llegó a conclusiones escalofriantes.
La investigación se realizó durante junio y julio del 2004, y consistió en 3 o 4 horas diarias de navegación en Internet desde distintos cibercafés de la Ciudad de Buenos Aires, con los softwares y programas que puede usar cualquier persona.
Relevó comunidades virtuales o grupos de Hotmail, Yahoo Argentina y Ciudad Internet. En el único que no se pudo detectar grupos pedófilos fue en Yahoo Argentina, porque la política de la empresa impide que sus grupos usen en sus nombres o descripciones términos como “xxx” o “lolitas”, por ejemplo. Y aunque el sentido común indicaría que los consumidores de pornografía infantil serían más cuidadosos a la hora de elegir cómo titular a sus grupos, la experiencia demostró lo contrario. “En Hotmail, por ejemplo, hay más de 20 mil grupos, así que si un pedófilo quiere entrar a un grupo, después de revisar 20 mil no llega. Entonces usan los nombres más concretos y más claros para que no quede ninguna duda como, por ejemplo, ‘niño pedo’ o ‘sexo con menores’”, apuntó Klein a Las/12.
La investigación determinó que Hotmail fue el que más grupos de pornografía infantil tenía. Se relevaron 11 grupos durante una semana. La cantidad de participantes varió de entre 12 y 500 usuarios. Y el promedio de tiempo que esos grupos duraron online, antes de que Hotmail los detectara y les diera de baja, fue de unos 10 días. “La modalidad observada en estos grupos es colocar fotos en el sitio para compartir y, a través de los mensajes, intercambiar direcciones de MSN para establecer diálogos privados en línea donde, a pesar de cerrarse los grupos, se contactan para abrir nuevos. La mayoría demuestra conocer que la actividad es ilegal y que no tardarán en cerrarlos: uno de los grupos, llamado ‘sólo lo mejor porque dura poco’, colocaba fotos bajadas de grupos que fueron cerrados e invitaba a los participantes a hacer lo mismo para que no se pierdan las imágenes. El total de material encontrado fue de 623 fotografías, siendo sus víctimas el 78 por ciento varones y el 22 por ciento niñas”, dice el informe.
Por otro lado, están los foros de carácter gratuito. Los investigadores observaron Amigos Latinos, Melody Soft y Planeta Com, y constataron que se usaban para difusión, en distintas variantes, de pornografía infantil, ofreciendo contraseñas, páginas de personas, páginas web u otros grupos, canje de fotos y videos, venta de CD-Rom y hasta un “extenso mensaje ofreciendo turismo sexual en el Club Mundo Niño Puebla (México)”.
En tercer lugar se investigaron los programas par a par, que sirven para intercambiar documentos más pesados, como música o videos. “Funcionan de la siguiente manera: tengo el programa en mi computadora, me conecto y mi computadora queda abierta a todo lo que está en ese momento. Entonces, todo lo que tengo en mi máquina lo podés tomar y yo tomo lo que está en tu máquina indiscriminadamente. Va máquina a máquina, a gran velocidad. Al hacer la investigación entramos a uno de esos programas, pusimos pedofilia y limitamos la búsqueda a 10 minutos. Había dos millones de usuarios conectados a este programa. Bajamos más de mil archivos. De esos mil vimos sólo cinco y eran videos y fotos de pornografía infantil. Por otro lado, inmediatamente esos archivos que habíamos bajado empezaban a ser ‘chupados’ por otra computadora. O sea, había pedófilos en ese momento buscando archivos”, explicó Klein.
Por último, la investigación se concentró en las páginas web. Se encontraron sólo tres sitios en castellano relacionados con la pornografía infantil. Uno de ellos ofrecía un club pedófilo. Los beneficios de ser parte del club eran: la garantía de que la página le iba a avisar al socio donde estuviera, a pesar de los constantes cambios de direcciones debido alos cierres; el acceso a cinco fotos mensuales extremas de violaciones y muerte; y la opción de acceder a turismo sexual. “Otra página ofrecía muñecas inflables de niños y niñas que hasta lloran cuando son penetrados. Esta página se paga a través de Western Union, así como hay otras que aceptan tarjetas de crédito”, señaló Klein.
Entre las páginas web detectaron algunas que tienen en común una especie de espiral triangulada como símbolo, y se presentan como “amantes de niños” (boy lovers). Los boy lovers se consideran una minoría sexual y se comparan con los homosexuales. “Se presentan como en contra de la pornografía y el abuso, y defendiendo los derechos de los niños; plantean que tienen una relación amorosa con el niño, y que el niño se enamora de ellos. El objetivo es convivir con un niño y hasta crearon el Día N, Día Internacional del Amor por los Niños, el 26 de junio de 2004”, dijo Klein.


La investigación fue siempre exploratoria, pero en un caso hubo intervención. En el grupo “niñas de 10 a 16 que quieran aprender a masturbarse” de Hotmail apareció un mensaje que ofrecía datos de niñas en Tucumán. Entonces “se le solicitaron más detalles, fingiendo interés y disponibilidad para viajar desde Buenos Aires; la respuesta llegó directamente a nuestro e-mail 30 minutos más tarde, dándonos detalles del costo ($ 3 pesos / U$S 1) y edades (8 años en adelante), e indicándonos un teléfono para encontrarnos, ‘esperando que seamos amigos’. El mail fue entregado a la Policía Federal, División Delitos Informáticos”, se lee en la investigación. “Son personas que están prácticamente todo el día en esto”, dijo Klein. “Con frecuencia buscan trabajo o actividades que les permitan estar en contacto con niños”, señala un perfil de pedófilo elaborado por la misma división de la Policía Federal.
Como se vio en ese caso, hay una relación directa entre la pornografía infantil y otros delitos como el turismo sexual y la prostitución infantil. Esa fue una de las conclusiones del trabajo, que constató que los consumidores de pornografía demuestran un alto interés en tener contactos sexuales con chicos y que, por otro lado, se incentiva la producción de pornografía porque las comunidades virtuales exigen el aporte de nuevos materiales para permanecer en ellas, o piden una equis cantidad de fotos, preferentemente de producción casera, para poder acceder a otras tantas.
También concluye que el material más requerido por los consumidores de pornografía infantil “es el que muestra genitales sin desarrollar: cuanto más imberbes, más codiciados”.
Y destaca que en la pornografía infantil, además del daño por el abuso concreto, se produce una “revictimización indefinida”. Hay material de más de 20 años de producido que sigue circulando porque una vez que una imagen entra a la red es imposible eliminarla.


La otra arista del problema la expuso hace casi un año el caso de Comodoro Rivadavia. Se trataba de un pedófilo que había enviado material pornográfico a niñas de diez años a través de un canal de chat. Klein lo llama “peligro virtual”, y parece dejar en la prehistoria las recomendaciones que los padres hacían a sus hijos, como “no hables con extraños” o “no aceptes caramelos”: “Los padres estamos preparados para prevenir el peligro real y a veces sacralizamos Internet pensando que chicos o chicas ahí están seguros, que están aprendiendo. Pero no sabemos qué están haciendo y los pedófilos entran a los chats, los captan, se hacen pasar por menores y rápidamente extraen todos los datos que necesitan para ubicarlos”.
Es obvio que esto también puede suceder en otros ámbitos de encuentro, pero se sabe que el tercer motivo de acceso a los cibers (detrás de los juegos en red y el chat) es el consumo de material condicionado. Y en algunos de estos negocios conviven niños, niñas y adolescentes con adultos. “Los cibers no sólo son utilizados para consumir pornografía de todo tipo, incluyendo la infantil; también es el sitio preferido de los pedófilos, quienes utilizan estos sitios públicos para evitar ser identificados. En los foros pedófilos encontrados, esta sugerencia es muy difundida”, dice la investigación del Connaf.
Algunas ciudades del país, como Buenos Aires o Córdoba, obligan a instalar filtros en las máquinas para impedir el acceso a pornografía online a estos comercios. Por ejemplo, en febrero fue clausurado en la Ciudad de Buenos Aires un ciber por permitir el acceso y consumo de material pornográfico vía Internet a menores de 18 años. El titular fue condenado a pagar 1800 pesos y el local fue clausurado por 7 días, invocando el artículo 62 del Código Contravencional que castiga a quien permite el acceso a material pornográfico a personas con menos de 18 años; también se mencionó la Ley 943, que obliga a instalar filtros. Sin embargo, no es común que esto suceda, el control es escaso y, por otro lado, los filtros son fáciles de levantar.
A pesar de todo, María Elena Naddeo, presidenta del Consejo de Niñas, Niños y Adolescentes de la Ciudad de Buenos Aires, considera que no hay que ser alarmistas: “La mejor protección para los chicos es tener un ámbito familiar sano y una educación permanente vinculada al tema de la educación sexual, al cuidado del cuerpo. Es lo mismo que con el tema de las adicciones: hay que rodear a los chicos de un ámbito afectivo, sano, de un buen circuito de recreación. Esa es la mejor protección frente a todo, porque el mundo moderno es muy complejo”.
“De todos modos –agregó–, lo que nosotros observamos es que hay muchos chicos y chicas solos. Hay todo un sector de niños y niñas, de temprana edad incluso, que carecen de un acompañamiento permanente de los padres, ya sea por los múltiples trabajos, por padres ausentes, mamás jefas de hogar que tienen varias actividades para poder sostener su casa, o mamás muy jóvenes que están con distintas búsquedas personales y no pueden hacerse cargo en forma completa de los chicos o chicas. Esto sí es zona de riesgo, esto hace vulnerables a los y las menores al contacto con abusadores que pueden llegar a ofrecerles una amistad y, a partir de esa amistad, el circuito de corrupción.”
La Línea de Ayuda a los Niños (102) está abierta a estas denuncias, y el Consejo brinda acompañamiento y seguimiento de la causa judicial. Pero no hay muchas denuncias de este tipo y luego son difíciles de probar. Por eso, para Naddeo, “hay que empezar a incorporar este tema en los circuitos de control, mejorar los de diagnóstico, perfeccionar los mecanismos de denuncia, para lo cual la creación de la Fiscalía especializada en delitos contra la integridad sexual sería fundamental”.
A fines del año pasado, la Procuración General de la Nación y la Ciudad de Buenos Aires habían avanzado bastante en la creación de una unidad especial de este tipo, a tal punto que fue anunciado su lanzamiento para principios de marzo de este año. Todavía no hay novedades.

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