RESISTENCIAS
La semana pasada se reunieron en Córdoba activistas y profesionales de todo el país para analizar de qué manera generar consenso y presión para que el aborto sea legal, seguro y gratuito. Los pañuelos verdes, lazos del mismo color en la solapa y una consigna transversal que empieza con la educación, son las señas visibles de una campaña que apuntará, a la vez, a que las mismas mujeres se sientan con derecho a elegir.
› Por Sonia Tessa
Hay un momento para empujar con fuerza. El movimiento de mujeres se apresta a dar un impulso fuerte con la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto legal, seguro y gratuito, al que consideran como “un punto de inflexión”. En ella se sumarán feministas porteñas, bonaerenses, activistas de Córdoba, Santa Fe, Neuquén y también de lugares tan distantes como difíciles para instalar esta demanda, como lo son Santiago del Estero, Mendoza, Salta y Jujuy. Mujeres de todas esas provincias se reunieron el último sábado en la ciudad de Córdoba para organizar la campaña que se iniciará el 28 de mayo y terminará el 25 de noviembre. Ese día se realizará una marcha al Congreso nacional, donde se entregarán todas las firmas que se hayan sumado al petitorio. Es el momento de conquistar el derecho conculcado, tal la idea que campeó en el encuentro.
Los pañuelos verdes serán los mismos que sirvieron para hacer visible lo transversal del slogan “Educación para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”, que con algunas palabras menos se cantó a lo largo de las multitudinarias marchas de los dos últimos Encuentros de Mujeres de Rosario y Mendoza. Otro signo de adhesión será usar lazos verdes en la solapa. La iniciativa pretende conseguir que la coyuntura favorable tanto nacional como regional se convierta en leyes y medidas efectivas para evitar una muerte por día como consecuencia de abortos inseguros y avanzar sobre el derecho a la maternidad como una decisión personalísima de las mujeres.
“¿Qué lugar tienen las mujeres que no están en el campo de batalla? Si ellas no se apropian del derecho a abortar el cambio legal va a ser insuficiente”, reflexionó Zulema Palma, de Mujeres al Oeste. Al rato, Violeta apuntó con justeza la realidad que se vive en Salta: “Para las mujeres pobres poder abortar no es un derecho ni una cuestión de salud, sino una necesidad”. El desafío es dar el salto.
Para eso, el consenso es indispensable. “Uno de los obstáculos es que la mayoría piensa que la mayoría está en desacuerdo”, fue una lúcida lectura de Mabel Gabarra, de Indeso Mujer Rosario. En ese punto destacó que falta visibilidad a las acciones del movimiento de mujeres y señaló el temor a exponerse públicamente sobre el tema. “Tenemos que ganar adhesiones para destrabar temores”, consideró.
El punto es crucial. La última encuesta encargada por la Fundación Friedrich Ebert indica que la aceptación de esta práctica se reduce si es por causa del deseo de la mujer. “Hay mucha resistencia a que sea un derecho de las mujeres”, reflexionó Mabel Bianco, de Feim. Al mismo tiempo, analizó que ese sondeo muestra un sector del 22 por ciento de la población que se opone de manera categórica a cualquier clase de aborto. “Es un sector organizado que dispone de fondos y poder de presión”, describió. Más allá de los números, Gabarra señaló otra actitud en los más jóvenes. “Ellos se preguntan menos sobre las razones y piensan simplemente que es un derecho a conquistar”, afirmó. Son jóvenes la mayoría de los que se acercan espontáneamente a la mesa que se instala todas las semanas frente al Congreso nacional para juntar firmas. Martha Rosemberg, del Foro de Derechos Reproductivos, contó que concita cada vez más adhesiones. “Hacen cola para firmar”, agregó Dora Coledesky.
Si el tema se puso en agenda por las declaraciones del ministro Ginés González García a favor de la despenalización, fue otra vez Palma la que puso los pies sobre la tierra. “Hay que darle el lugar que le corresponde al ministro, pero no hacer alianzas ingenuas”, dijo la médica de Morón, quien también aportó una visión crítica al señalar como un tema pendiente del movimiento generar un espacio para elaborar más sólidamente los argumentos en la defensa del derecho al aborto. A la hora de plantear desafíos, fue también ella la que planteó la necesidad de preguntarse por el lugar de los varones en esta lucha. Una pregunta que recogió Ruth Zurbriggen, de La Revuelta de Neuquén. “También creemos que es muy importante empezar a sumar voces masculinas”, consideró al tiempo que contó la experiencia en Neuquén, donde la campaña “cuando quiero, como quiero, donde quiero y con quien quiero” fue provocadora y efectiva. Para esta activista que llegó a Córdoba después de muchas horas de viaje en colectivo, es importante plantear el debate con el Estado laico y el derecho decidir como ejes.
La coyuntura electoral fue analizada como uno de los obstáculos, ya que la mayoría de los partidos considera el tema como “piantavotos”, según indicó Gabarra. Pese a este escenario electoral en el país, donde se prevé que no habrá cambios al menos hasta octubre, Bianco analizó el momento favorable que se vive en el Mercosur. Habló del posible llamado a referéndum en Uruguay (donde las encuestas indican que el 63 por ciento está a favor de la despenalización) y la comisión tripartita creada en Brasil entre el Poder Ejecutivo, el Legislativo y la sociedad civil para revisar la legislación restrictiva sobre aborto. “Esta es una posibilidad frente a la situación en la Argentina, que fue madurando rápidamente –afirmó–. El desafío es cómo podemos tomar la creación de iniciativas que confluyan.”
En ese punto, Gabarra consignó las necesidades que se le plantean al movimiento para avanzar en sus reclamos. “Tenemos que organizarnos, articularnos, comunicarnos, y sobre todo generar alianzas, porque solas no podemos”, afirmó.
La foto de un tallo de perejil sostenido por una mano de mujer, recortado sobre el fondo del Palacio Legislativo de Uruguay es lo primero que se ve por estos días en el sitio web de la ONG de ese país, Cotidiano Mujer. “Perejilazo, en apoyo al proyecto de ley de defensa de la salud reproductiva”, es el título. Las feministas de Uruguay pusieron en juego su creatividad para tomar la iniciativa política. El 4 de mayo último, cuando se cumplió un año del rechazo de la ley en la Cámara de Senadores llevaron a cada uno de los legisladores un tallo de perejil, con una nota que los instaba a tratar la ley. “El perejil es sólo uno de los métodos que las uruguayas usan para abortar cuando no pueden proseguir un embarazo. Hay muchos más. Algunos son mortales. Todos son indignos. Hace un año se perdió la oportunidad de dar más dignidad y mejor salud a las uruguayas. Estamos con usted: respaldamos el proyecto de ley de defensa de la salud reproductiva. Anímese, el 63 por ciento de la ciudadanía lo acompaña”, decía el texto de la tarjeta que acompañaba a cada uno de los plantines entregados en la mano de los senadores y senadoras. Pero hubo más: las activistas de Cotidiano Mujer también llenaron la escalinata de ingreso del Palacio Legislativo con 2000 plantines. Un efecto que se multiplicó por todos los medios de aquel país, donde se analiza la posibilidad de convocar a un referéndum para obtener la legalización del aborto.
Dora Coledesky es una figura central cuando se trata de hacer la genealogía de la pelea por el derecho al aborto en la Argentina. Desde su vuelta del exilio en Francia, en 1983, batalló –durante mucho tiempo, casi en soledad– para obtener esta conquista. Es por eso que la jornada del sábado pasado en la ciudad de Córdoba abrió con un homenaje del feminismo a esta mujer. La encargada de ponerle palabras fue Claudia Anzorena, de Mendoza, quien se paró en medio del salón amplio y frío, y le habló a ella, que estaba sentada en la primera fila de sillas de plástico negro dispuestas en círculo. La describió como una persona “tan comprometida como solidaria y generosa”. Con una emoción visible, Dora recibió los regalos –una brujita y un anotador firmado por las presentes- y reiteró sus convicciones: “Nadie puede sustituirnos en las decisiones que nos implican”. También recordó a algunas de sus compañeras –como Alicia Cacopardo y Alejandra Pelliza– y manifestó su satisfacción por la coyuntura. “Hoy estamos viviendo otra situación. Si no hubiéramos sido cientos de mujeres en los talleres de los Encuentros de Mujeres, eso no sería posible. Este es el triunfo nuestro, de todas nosotras”, afirmó. También hubo un recuerdo para Safina Newbery, fundadora de Católicas por el Derecho a Decidir en la Argentina.
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