Viernes, 22 de julio de 2005 | Hoy
MODA
Desilusionadas por la cantidad de chicas producidas como objeto de consumo para rappers, Julia Uicich y Luciana Hansen rápidamente se consolaron con los raros estilos que eligen las jóvenes japonesas que residen en Londres. Las chicas estuvieron allí antes de los atentados como invitadas de la Graduates Fashion Week después de haber ganado un concurso local de moda de calle.
Por Victoria Lescano
El de ellas fue algo parecido a un capítulo de Operación Triunfo pero con temática de moda. Luego de obtener respectivamente el primer y segundo premio de un concurso de indumentaria organizado por la marca Stone Island, cuyo leitmotiv fue el retro street wear (moda para calle con influencias de otras décadas) a fines de 2004, Julia Uicich y Luciana Hansen, dos estudiantes de diseño en la Universidad de Palermo y el ABM respectivamente, viajaron durante junio como espectadoras al Graduates Fashion Week, una semana de la moda que convoca a estudiantes de treinta escuelas de arte y moda de Inglaterra para presentar sus tesis de pasarela ante industriales y medios de comunicación especializados.
Dueñas de estilos descollantes que les valieron ser fotografiadas por un paparazzo para la página oficial de estilos de esa semana de la moda (una lleva los ojos delineados de rojo y aclara que suele pintarlos simulando heridas, otra cambia el color de su pelo con frecuencia e incursiona en el piercing y la estética de Madonna en su etapa del film Buscando a Susan pero más gótica) y que en Buenos Aires no pasan desapercibidos entre la población que visita el British Council. Es que esa es la institución que hizo links en esa experiencia de moda y desde cuya oficina porteña las chicas relatan su paso por Londres y sus actuales labores en desarrollo de producto.
“Fueron tres días con jornadas completas de desfiles y donde cada universidad presenta entre quince y veinte diseñadores, desde los que hacen indumentaria para niños hasta los de vestuario, y dedica un espacio para puestas. En la entrega de los premios de la gala final se anunciaba a la diseñadora Zandra Rhodes, quien ahora tiene una muestra retrospectiva en el London Museum, pero como no pudo ir la reemplazó la mismísima Mary Quant y para nosotras fue genial ver a la inventora de la minifalda y la diseñadora más revolucionaria del Swinging London con su peinado –corto y con flequillo– de siempre. De lo que vimos en las pasarelas nos cautivó una colección de ropa para hombre, pantalones con extraña moldería y combinados con tacos del diseñador Rui Leonardi, de quien se dice que será la nueva promesa del diseño inglés. También nos llamó la atención el modo en que se documentan todos los trabajos universitarios mediante catálogos auspiciados por firmas comerciales. Sabíamos que allá cada diseñador es muy estimulado para trabajar en la construcción de su identidad. En las pasarelas vimos colores muy minimalista pero al mismo tiempo molderías muy complejas, nos rompíamos la cabeza intentando desarmar las estructuras con simplemente mirar pero no había caso”, cuentan a dúo.
Antes de reflejar sus opiniones sobre estilos callejeros en Londres se impone delinear los temas de moda que ellas abordaron en sus propuestas de retro street wear que les valieron un primero y segundo premio en el desfile de Stone Island celebrado en el shopping Abasto.
El partido de diseño de Julia Uicich fue un homenaje a Courréges y el movimiento futurista de los años sesenta que tradujo a una línea de vestidos mini en denim gris. “Hice una investigación en los cambios en los estereotipos sexuales de esa década, los hombres con pelo largo y ropas ajustadas mientras las mujeres llevaban el pelo y cortes rectos que no marcaban las curvas”, dice la diseñadora de La Plata, devota de los delineados color sangre descriptos con anterioridad y quien actualmente realiza una pasantía en desarrollo de producto dentro de la firma Stone.
Mientras que Luciana Hansen, quien combina estudios de moda en la Asociación Biblioteca de Mujeres (más precisamente en las cátedras de moda de Marina De Caro y Delia Cancela) con el desarrollo de producto para una firma llamada Casto y Puro, en su propuesta de moda hizo atuendos en jean ideados como un homenaje a los años veinte, pero que ella tradujo en un tono absolutamente hiphopero. “Me remití a las mujeres de la escuela Bauhaus, que en su mayoría se desarrollaban en el área textil, vi documentación de la época que las mostraba desafiando los códigos de vestimenta de la época, llevaban babuchas y se rapaban el pelo.”
Ambas concursantes coinciden en que en su propuesta de pasarelas denotaban la androginia que ellas predican en sus atuendos y que esa estética está muy presente en los estilos callejeros londinenses. “Nos sorprendió que los hombres van vestidos de un modo muy femenino, pero más nos sorprendió aún la abundancia de chicas totalmente producidas como mujeres objeto, esas que aparecen en los clips bailando junto a los raperos norteamericanos. Esperábamos ver más punk o raros estilos del lado femenino, pero finalmente nuestras expectativas quedaron satisfechas con la visión de los extrañísimos looks de las chicas japonesas.”
Las investigaciones sobre streetwear son moneda corriente en las entregas mensuales para sus escuelas de moda. Y en la búsqueda cuentan que han explorado propuestas en contra del uso del traje (una de ellas fue titulada La mafia y la hipocresía, ropa para circo). Y otras referidas a atuendos de los chicos cumbia.
Sobre las secuelas de esa semana intensiva de moda londinense, dice Luciana: “Decidí retomar la costumbre de mi niñez en San Martín de los Andes y hacerme mi propia ropa, descarté toda mi ropa vieja y además empecé a usar sombrero”.
Mientras que Julia, apunta: “Mis diseños parten de dibujos, no paré de bocetar mis interpretaciones sobre las complejas molderías que vi en pasarelas, los resultados más inmediatos son instalaciones sobre el cuerpo”.
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