LA VENTA EN LOS OJOS
› Por Luciana Peker
Mujer no se nace, se hace, dijo –palabras más– Simone de Beauvoir que, además, dijo que las mujeres no éramos sólo madres, sino mujeres. Ay!, si Simone viviera... ¿Qué tendría que decir ahora? ¿Qué mujer no se nace, se hace (en un combo de tratamientos comegrasas, aspiradoras de vello y estiradotas de pelitos revueltos)? ¿Que madre es una cosita tierna que vende pañales con fotos de bebés en culito y que mujer es sinónimo de escote-spa? No, claro que Simone no diría nada de eso. Muy lejos de su ideario libertario, la neofilosofía de que maternidad y femineidad son dos caminos paralelos que pueden, o no, cruzarse, no aspira a dar un soplo de viento, sino a reordenar nuevos mandatos. A saber:
1: La idea moderna es que la madre es la novia-madre enamorada de su hijo que pasea en el Rosedal y da vueltas con su hombrecito en tazas de parque de diversiones (publicidad de Movistar) o una melosa traicionera que prodiga amor –¡simultáneamente!– a su hijo y a una planta (Personal) y, por sobre todo, la madre es la que protege, claro, con buena leche (La Serenísima).
2: La idea moderna, en cambio, es que la mujer es linda. O debe serlo. O debe pagar para intentar serlo. Pero ser mujer es ser bella. O intentarlo. La publicidad del tercer domingo de octubre lo dice clarito. Rowenta intelligent beauty –otra buena pregunta para este boletín: ¿hay una belleza inteligente? Mejor que pensar es comprar– propone: “Un fin de semana para que la madre se pueda encontrar con la mujer”, como un mapa en donde la angelita que unta tostadas y la libidinosa que quiere estrenar un baby doll se crucen chapurreando en una cama del Hotel Intercontinental o se tiren al fango en el Spa del Vilas Club o gasten 3 mil pesitos en el shopping Unicenter para renovar el vestuario. Claro, si antes recibe de regalito un secador de pelo, una depiladora o una plancha para estar planchadita, planchadita.
3: A modo de yapa, la publicidad de perfumes Darel, Flower y Oh! Lamour (y sigue la lista de aromatizantes) combina modelos de escote, modelos de vestido, modelos de bebé y modelos de mujer. Pero hay modelos hasta en los pies. Dolores Barreiro se burla con ojotitas Lady Storke de todas las demás. Por empezar, por tener tiempo para que las uñitas que dejan ver las Lady estén todas rojitas, todas parejitas, lo que delata tiempo para poner los algodoncitos en los huequitos de los dedos y tiempo (¡tiempo!) para que el esmalte seque antes de que su último bebé (¡tiene tres!) le salga gateando, o vomitando o... (a cualquier mortal el esmalte se le hubiera corrido antes de seguir imaginando percances). Pero lo peor son las patitas del bebé sobre las patas de Dolores. Más que una oferta de regalo esa –la mamá modelo– es una patada a la autoestima. Ah, me olvidaba, por si a esta altura el combo 3M ya logró más que vender, deprimir, Slim Center oferta: “Tu mamá se merece lo mejor, regalale el placer de estar bien. Vengan y bajen 7 kilos en 20 sesiones”. ¿Mi mamá me mima o mi mamá (se y me) modela?
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