EL MEGAFONO
“Ante los hechos de público conocimiento” (hic est, la denuncia, y consecuente arresto, del psicólogo Jorge Corsi, bajo acusaciones de pedofilia), la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires decidió emitir un comunicado para sentar posición. Nada sencillo, ante una investigación judicial que descubrió lo impensable y dejó en un silencio cauto, pero también asombrado, a gran parte de quienes revisten en el entramado institucional vinculado con la violencia, sus estudios y tratamientos. La APBA, entonces, reafirmó “su inquebrantable lucha y compromiso ético con la asistencia y atención a las víctimas de violencia sexual, y espera que la Justicia investigue prontamente los gravísimos sucesos denunciados”. También buscó reafirmar que existen códigos de ética profesionales que “expresan deberes que afectan a todos los profesionales psicólogos”, por lo que descuidarlos “atenta contra los derechos de la población a recibir los servicios profesionales y de la comunidad en la cual está inserto el profesional”. De allí que las acciones de la vida privada se consideren, en el caso de este sector, también alcanzadas por la deontología (en el caso de que su conducta “pueda comprometer sus responsabilidades profesionales”), que incluye, además, un principio de responsabilidad social según el cual “los psicólogos ejercen su compromiso a través del estudio de la realidad y promueven y/o facilitan el desarrollo de leyes y políticas sociales que apunten (...) a crear condiciones que contribuyan al bienestar y desarrollo del individuo y de la comunidad”, un eje que comparte con el código de la Federación de Psicólogos de la República Argentina (FePRA).
“Todos –finaliza el comunicado– compartimos en la sociedad normas y valores sociales. Necesitamos un marco legal que se encargue de delimitar permisos y prohibiciones para circular por esta sociedad. Las leyes de ejercicio de la psicología definieron un campo profesional y habilitaron legalmente el ejercicio de una práctica. Las características fundamentales de las leyes de los psicólogos son la defensa de la profesión y de la dignidad del trabajo profesional, el dictado de las normas deontológicas y éticas, velar por el prestigio de la profesión y combatir el ejercicio ilegal de la profesión. Por esto, la APBA rescata y jerarquiza el trabajo de tantos años de muchos profesionales psicólogos en el ámbito de la prevención y la protección contra la violencia y el abuso sexual.”
Para más información: www.fepra.org.ar, psicologos.org.ar
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