El sábado último, en la mañana fría y lluviosa, un grupo de ocho personas se presentó en la charla que daba en el Centro Municipal de Exposiciones la abogada británica Jo Oliver (integrante de la Federación Internacional de Productores de Fonogramas), en el marco de la actividad organizada por Capif (Cámara Argentina de Productores de videogramas y Fonogramas), como parte del Buenos Aires Festival Internacional de Música. Habló del Derecho a la Propiedad Intelectual y de la piratería digital, de la necesidad (para los que defienden las licencias) de que los proveedores de Internet desconecten a quienes infringen las reglas de las discográficas y de que toda la música debe ser paga. Luego de la exposición, y a la hora de las preguntas del público, el grupo de ocho personas, una suerte de hacktivistas (que podrían describirse como personas con militancia activa en favor de la distribución gratuita y colaborativa de contenidos en Internet) se diseminaron y repartieron volantes: “Notificación de despido: estimada industria discográfica, lamentamos comunicarle que a partir de la fecha prescindiremos de sus servicios”, decían, informando que las razones eran la adquisición de nueva infraestructura que, “en la forma de computadoras baratas e Internet, nos permiten difundir y promover la cultura de manera mucho más eficaz, completa y barata de lo que usted jamás pudo o quiso hacer”. Por si faltara algo, desplegaron carteles donde se leía “Compartir es bueno” y “No somos piratas”. Fue la invitación de la fuerza pública lo que acabó con el evento, no sin que antes María Elena Casañas –abogada con más de 40 años de profesión y una de las defensoras de la libertad de bajar y subir contenidos– pusiera un poco de sensatez a los reclamos de quienes representaban a las discográficas: “Si sabían que todo esto iba a pasar desde hace más de 10 años, ¿por qué en vez de trabajar en criminalizar a todos y conservar su viejo modelo de negocios no invierten en un modelo de negocios que no sea tan dañino socialmente?”. Casañas tiene un blog y una página web (http://casanas.com.ar) desde donde explica, no a los especialistas sino a quienes nada saben sobre el tema, de qué se trata, cómo se accede y para qué sirve el Software Libre (equipamiento o soporte lógico de un computador digital, que puede distribuirse libremente entre los usuarios y que los mismos pueden modificar). En la columna de la izquierda hay ocho ítem (Presentación, Qué es el SWL, Cómo migrar, Manuales UPA!, Proyecciones, Lecturas, Normativa, Enlaces) para aprender y entretenerse sobre un tema que es una de las principales cuestiones de fondo desde el nacimiento de la web. Y que a nivel mundial recolecta apoyos y rechazos: así como el cantante y hasta hace pocos días ministro de Cultura de Brasil, Gilberto Gil, supo pronunciarse a favor de la libertad de consumir música en la red de la manera en que se desee, Carla Bruni consiguió de su marido presidente de Francia la sanción de los acuerdos Oliviennes, que determinan cortar la conexión a Internet de los ciudadanos que reincidan en la descarga de archivos, para lo cual controlan la actividad de los ciudadanos franceses en Internet, convirtiéndose en la primera democracia en filtrar la web.

Cada capítulo de los ítem más importantes del sitio de Casañas (Qué es el SWL y Cómo migrar) pueden ser descargados en la computadora del visitante. Bajo los ítem figura el enlace a su blog (http://elblogde

mec.blogspot.com). Allí, la diferencia básica con respecto al sitio es que pueden verse numerosos videos sobre el tema Software Libre, su funcionamiento, ventajas y sobre el desarrollo de diferentes jornadas. También hay comentarios de notas periodísticas, opiniones y recomendaciones de post en otros blogs.