La creadora de Mujeres en Red (http://mujeresenred.net), uno de los sitios emblemáticos sobre mujeres y feminismo en la web, visitó Buenos Aires para las jornadas “Creadoras de la sociedad del conocimiento. Diálogo entre mujeres iberoamericanas”, organizada por Flacso y la Cátedra Regional Unesco Mujer, Ciencia y Tecnología en América latina, en co-coordinación con el Centro Cultural de España en Buenos Aires. En diálogo con Las12, dio cuenta de lo que falta por estos lados y de lo que se viene.

¿Cómo nació Mujeres en Red (http://mujeresenred.net)?

–Por generación espontánea; era el año 1995 y, en el marco de una conferencia, continuamos los debates por correo electrónico. Luego, en Catalunya, donde hay un grupo interesante de mujeres periodistas, había una de ellas que siempre me decía que me meta en esto (de la web) y eso es lo que hice finalmente.

¿Cómo fue armando la red?

–Cada vez que me encontraba con mujeres feministas les preguntaba si tenían correo y sitio web. Noté que había muchas feministas históricas que no estaban en la red. Pero un día fui a instalarle un módem a Victoria Sendón –porque yo cada vez que veía a alguna de ellas les soltaba el rollo–, entonces instalé el módem, y cuando me estaba por ir le dije: “Victoria, ¿no tienes algún texto para darme y que pueda subir al sitio?”. Y ella, que es una persona muy generosa, se me apareció con un CD que contenía un nuevo libro suyo. Yo me emocioné por el regalo, mientras ella me decía: “Bueno, ya escribiré otro”. Ese texto se llama Qué es la igualdad y la diferencia, y está en la red.

¿Y el ingreso a la red de diversas posturas dentro del feminismo?

–Bueno, Victoria Sendón estaba más asociada con el feminismo de la diferencia. Recuerdo que en un congreso en Córdoba, en el año 2000, tuve que ver la brecha digital en los hechos. Porque las feministas de la igualdad decían: “Esta debe ser feminista de la diferencia, porque ha publicado el texto de Sendón”. Entonces yo les respondí: “Miren, lo que sé es que me gustaría tener textos vuestros para publicar también, que en la web no están apareciendo ustedes”. Ellas empezaron a mandarme material, Victoria se abrió su propio blog Casandra (http://victoriasendon.blogspot.com) y ahora es una de las hackers.

¿Cómo evalúa la relación que tenemos en Latinoamérica con las TICs (Tecnologías de la Información y la Comunicación)?

–No te hablaría tanto de las mujeres como de las organizaciones de mujeres; o, más concretamente, las organizaciones sociales de mujeres. Estoy preocupada porque les falta desarrollo. Me preocupa, por ejemplo, el tema de la sindicación de contenidos. Todavía usan el html, no tienen un gestor de contenidos que permita sindicar. Por ejemplo, las páginas de Artemisa (http://artemisanoticias.com.ar) o de Cimac, Comunicación e Información de la Mujer (http://cimac.org.mx), que son muy buenas, no tienen esta herramienta.

¿Qué es lo que está faltando?

–Son espacios potentes, pero no han dado el paso a las herramientas web 2.0. Entonces están un poco en la Edad de Piedra y eso desemboca en el aislamiento total. Recuerdo ahora una experiencia chilena –Mujeres y Saberes– para las mujeres políticas, han incluido documentación en el espacio político y, además, al darle formato de blog, pudieron tener comentarios, y así formaban parte de la comunidad. Otro caso es el de la diputada Lourdes Muñoz. Ella utiliza mucho los tags (etiquetas, o sea palabras que sirven de referencia al ser seleccionadas en los diferentes buscadores o referentes de blogs). Por ejemplo, si haces una nota de economía feminista, pero le pones como tag el término “economía”, aparecerá cuando alguien lo busque en la red. Luego, también podría irse a la página de Technorati (referenciador de blogs, de usuarios de blogs y de contenidos en los mismos) y buscar las 100 palabras más buscadas y elegir alguna de ellas para que tu post aparezca allí cuando alguien busque esa palabra.

A su vez, no sólo se hace una red con buenas intenciones. ¿Qué saberes es necesario combinar?

–Bueno, hay técnicas que son muy utilizadas desde el ámbito comercial, pero que no son tan empleadas en lo político y social. Uno de los problemas de quienes están en el tema de políticas públicas en la Sociedad de la Información es que la gente que trabaja allí aplica lo que aprendió en la empresa privada (porque muchos vienen de ahí). Sería muy importante un equipo de información que trabaje directamente con estas claves. Por ejemplo, hay una asociación de mujeres en la lucha contra la violencia de género en la Red Feminista; esa web se formó con un pacto con las mujeres políticas socialistas. Son necesarias las dos cosas: gente con criterio de género y con herramientas que poder aplicar.

¿Cree que Google es una buena herramienta para el armado de estas redes? ¿Hay otras?

–Los buscadores y Google están complicando las cosas en el sentido de que fomentan la falta de criterio. Entonces es bueno que cada cosa sea fácilmente identificable. Hoy yo hablaba del tema de los memes (consigna sobre postear sobre determinado tema, que se pasa de sitio a sitio). Si están los supertécnicos generando memes sobre qué es la web 3.0, ¿por qué razón yo no voy a poder explicar lo que es para mí? ¿Por qué no voy a poder decir que para mí la web 3.0 no va a ser una web inteligente? Y hablo de inteligencia artificial, pero también de la humana. Entonces digo que no hay que plegarse tanto a los conceptos de web 3.0 y a su inteligencia artificial sino más bien dedicarse a, por ejemplo, cómo privatizar la propia información. Entonces, ¿por qué no generar un meme sobre la web 3.0 desde otras perspectivas? A través de las palabras clave que mencionaba antes, alguien que busque en la web esos memes, encontraría las opiniones de los gurúes de Internet, pero también lo que piensa la ciudadanía de lo que tiene que ser la web 3.0 y de lo que quiere de ella.

¿Piensa que los hombres saben más que las mujeres sobre estos temas?

–Para empezar, yo creo que nadie sabe nada, pero lo que pasa es que los chicos (varones) son más osados. Las chicas tienen un poco de temor, piensan: “Ay, a ver si meto la pata”, o algo así.