En la pasarela carromato ambulante, embanderada con el logo de la firma Tramando, junto con los tambores hipnóticos de la agrupación Bomba de Tiempo, la actriz de tramas cercanas al porno blando, Victoria Onetto, devino vedette y engalanó su desnudez con fabulosas plumas de reina de comparsa remixadas con textiles. Fue el viernes 27 por la noche –luego del elegantísimo cierre de pasarelas de BAF Week a cargo de la diseñadora Vicki Otero– y el diseñador Martín Churba demostró que además de su reconocido talento para generar tramas y atuendos con efectos especiales es un excelente showman. Devenido maestro de ceremonias de esa comparsa celebratoria del Carnaval y del corso de la moda –una ironía que se suma a otro gesto antimoda, hace un año en el Centro Cultural Konex–, Churba ideó que una modelo cayera de bruces desde una escalera y que su llanto fuera el soundtrack y el hilo conductor de toda una trama para la deconstrucción de un desfile. Martín bailó y cantó on stage desde la puerta de la Sociedad Rural hasta la plaza cercana al portal del Paseo Alcorta y marcó la señal de llegada con la ayuda de un megáfono. La apertura de un local en el primer piso de ese mall fue la coartada de la celebración callejera. El festejo fue seguido por un colectivo con piso doble y sin techo, donde nos sentamos las cronistas, algunos invitados y también algunos infiltrados dignos de una trama de Peter Capusotto en Gualeguaychú. En el medio, treinta modelos lucían atuendos retrospectivos de colecciones Tramando para el verano y sambaban al ritmo de los tambores y, sí, los aplausos de señoras que se sumaban al festín desde los balcones de sus hogares con vistas a la Avenida del Libertador.

Un balance de la última edición de las pasarelas BAF Week remite a 15 desfiles, 35.000 asistentes, 120 modelos, 28 show-rooms de la nueva camada de tiendas de Palermo, una docena de productoras, cuarenta vestidoras voluntarias de la carrera de indumentaria de la UADE, doce maquilladoras de la firma Natura –que además de ofrecer un lounge que fue uno de los espacios más amables y gratos de visitar de toda la expo, sacó a relucir los nuevos ardides en make up: “En este invierno tendremos desde colores fuertes y audaces, hasta los suaves y livianos. Así será el maquillaje del invierno 2009”, según dijo Verónica Mendoza.

Esta fue la edición más vinculada con el circuito de la producción industrial. De hecho, alguien deslizó que la moda de autor era, al menos en ese escenario, una especie en extinción. Mariana Dappiano, Vicki Otero, Cora Groppo fueron muy celebradas por sus construcciones barrocas, tramas en punto con matices geométricos y sastrería monocromática. Pero no alcanzó para que, a modo de broma, algunos seguidores de la moda dejaran de calificar de Bluff Week a la BAF Week.

Del lado de la alta costura, Laurencio Adot denominó Star Wars su colección para invierno ’09 con una trama futurista y super looks, en cuyo partido de estilismo un grupo de mujeres toma por asalto una tienda vintage rica en chiffon, sedas, encajes. En el rescate de Adot, además de un homenaje al encaje negro se vieron las fotografías de Jeanloup Sieffe circa 1971, más precisamente la que inmoló una espalda apenas vestida con encaje negro por Yves Saint Laurent en encaje y crespón. Esta vez Laurencio A dejó a un lado la tradición por el soirée y los vestidos sexies para tomar riesgos y sacar a relucir un costado más rocker. Basta con describir la cazadora de cuero negro, marcada a fuego con etiqueta Harley Davidson, que lució al cierre del desfile, junto con Tiago, su coequiper de diseño de procedencia brasileña.  

Quienes entre el miércoles 25 y el 27 pagaron veinte pesos –lo mismo que una entrada de cine– pudieron ver de cerca un programa de TV, casi un reality sobre la moda local, probarse modelitos, aprovechar el considerable descuento de un banco auspiciante y, por sobre todas las cosas, deleitarse en el pequeño y precioso museo sponsoreado en homenaje a los looks primitivos de la muñeca Barbie.