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› Por Verónica Engler
En el documental Tierras prohibidas sobre la vida de Cecilia Grierson (1859-1934), la primera médica argentina, sólo testimonia un hombre, el doctor Cristian Kramer, que rescata la figura de esta pionera en varios aspectos, pero se encarga de aclarar que muchos de los prejuicios que tuvo que enfrentar Grierson hoy estarían ampliamente superados. Luego, con el transcurso del film lo desdecirán las médicas y sanitaristas entrevistadas, a las que les sobran anécdotas para dar cuenta de que las mujeres todavía transitan numerosos obstáculos para desempeñarse y crecer profesionalmente en el sistema de salud actual.
Claro que las cosas no están como hace un siglo, cuando a Grierson –que fundó en nuestro país la primera Escuela de Enfermeras, el Círculo Médico Argentino, la Sociedad Argentina de Primeros Auxilios, la Asociación Obstétrica Nacional, introdujo la kinesiología, promovió la enseñanza de la puericultura y fue precursora de la enseñanza de ciegos y sordomudos, entre otras actividades destacadas de su quehacer profesional– se le negó una cátedra en la Facultad de Medicina por el hecho de ser mujer (¡y para colmo feminista!). Basta con mirar la Academia Nacional de Medicina –la más antigua de América, fundada en 1822– para observar los avances: si bien los treinta y cinco sitiales de la institución todavía llevan nombres de hombres ilustres en la materia –entre los que está, claro, el premio Nobel Bernardo A. Houssay, quien solía decir, según cuenta en Tierras prohibidas una de sus ex alumnas, que la mujer estaba predestinada a la cocina–, hoy dos de esos puestos están ocupados por mujeres, las doctoras Christiane Dosne Pasqualini y Mercedes Weissenbacher.
La ciencia, lo sabía Grierson, era una tierra vedada para las mujeres. Consciente de eso, cada una de sus actividades tendieron a extender los límites estrechos en los cuales, se suponía, debían desarrollar su vida ella y sus congéneres. En 1900 fundó el Consejo Nacional de las Mujeres y en 1910 presidió el Primer Congreso Feminista Internacional, que se celebró en el país, convocado por la Asociación de Mujeres Universitarias. Junto a Alicia Moreau de Justo, Elvira Rawson y Julieta Lanteri-Renshaw, entre otras, iniciaron la lucha por los derechos civiles y políticos femeninos.
Grierson se recibió como cirujana, aunque en la práctica sólo le fue permitido ejercer en terrenos asociados con lo femenino (y por lo tanto devaluados), es decir, con el cuidado de los semejantes: la medicina social, la tocoginecología, la obstetricia y como sanitarista. Esa fue su estrategia para lidiar con la práctica profesional: potenciar (¡y cómo!) aquellos espacios en cierta forma despreciados o considerados de segunda.
El documental Tierras prohibidas, escrito y dirigido por Silvina Chague, se despliega a través de diálogos virtuales entre el personaje histórico y su propia conciencia (interpretados por Ana Yovino y Leonor Manso), artilugio que le permite a la autora adentrarse en el territorio imaginado de los sentimientos de Grierson. ¤
Tierras prohibidas se proyectará en el circuito de cinemóviles del Incaa en todo el país. Además, el miércoles 11 de marzo, a las 20.30, en el Auditorio del Colegio Público de Abogados de Buenos Aires (Corrientes 1441 1º piso); el mismo 11, a las 20, en la plazoleta de la Facultad de Derecho de Córdoba, organizado por el Programa de Género de la Secretaría de Extensión Universitaria de la Universidad Nacional de Córdoba. Para más información: http://tierrasprohibidas.blogspot.com/
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