Viernes, 17 de julio de 2009 | Hoy
LA PERIODISTA MARIANA CARBAJAL PROPONE EN UN LIBRO ABRIR EL DEBATE SOBRE EL ABORTO
Países como Colombia y también la Ciudad de México han realizado reformas legales en los últimos años para facilitar el acceso a abortos seguros y gratuitos. España camina hacia un marco normativo que ampliará aún más la despenalización vigente hace más de dos décadas. El libro de la periodista de Página/12 Mariana Carbajal El aborto en debate, aportes para una discusión pendiente, relata otras experiencias internacionales para reducir la mortalidad materna y los efectos lesivos de la clandestinidad.
Por Luciana Peker
Más allá de nuestras fronteras es interesante ver los procesos que se dieron en otros países en torno de la despenalización del aborto como en Colombia, en el Distrito Federal de México y en España”, subraya Mariana Carbajal, periodista de Página/12 que en su libro El aborto en debate, aportes para una discusión pendiente (de Editorial Paidós) potencia el trabajo realizado desde 1991 en el diario, donde desarrolló un fuerte compromiso con las mujeres que mueren o sufren lesiones por abortos clandestinos y rescató otras experiencias internacionales que pueden motorizar avances en la Argentina.
“En Colombia, en el 2006, fue la Corte Constitucional la que amplió las causales de despenalización, a través de una demanda presentada que pedía la declaración de inconstitucionalidad de los artículos que impedían el acceso al aborto en todos los casos de violación y anencefalia (una enfermedad grave de los bebés) –explica en la recopilación de sus artículos periodísticos editado por la colección Tramas Sociales de Paidós–. Esto quiere decir que la vía judicial puede ser un camino”, remarca Carbajal.
–El camino hacia la despenalización no es sencillo. Los sectores conservadores que se oponen están siempre atentos. Incluso, en el país, hay distintas causas para prohibir la distribución de anticonceptivos o de la anticoncepción hormonal de emergencia, que nada tiene que ver con el aborto. Son métodos para evitar embarazos no deseados. Y aun así, los grupos antiderechos están litigando en la Justicia para obstaculizar su distribución y acceso. Los sectores conservadores están tratando permanentemente de obstaculizar el derecho de las mujeres a decidir.
En el libro –donde se reúnen las entrevistas, crónicas e investigaciones de Mariana Carbajal en torno de la salud sexual y reproductiva de las mujeres, publicadas en Página/12– se destacan reportajes a referentes internacionales que lograron romper con el tabú de la palabra aborto para defender la vida de las mujeres. “De nada nos sirve que se reconozcan nuestros derechos en papel si a la hora de aplicarlos los magistrados usan sus prejuicios sexistas, estereotipos y creencias religiosas”, subrayó Mónica Roa, una joven abogada colombiana que llevó a cabo una demanda ante la Corte de su país, en abril del 2005, y se ganó el mote de personaje del año por haber logrado la revolución de despejar el camino hacia el aborto seguro, pero también el de “camarada de Satán” por quienes veían en su pujanza un acecho. Roa cree que la Argentina puede aprender de la experiencia colombiana, en donde el 10 de mayo del 2006 la Justicia dictaminó que si la continuación del embarazo constituye peligro para la vida o salud de la mujer –y eso está certificado por un médico– la prohibición del aborto no es constitucional. “La Argentina reconoce el Pacto de Derechos Civiles y Políticos como el Sistema Interamericano de Derechos Humanos y, por lo tanto, la jurisprudencia internacional es vinculante”, concluye Roa sobre la posibilidad de trasladar la experiencia.
En el Distrito Federal, de México, también se logró la legalización del aborto hasta las 12 semanas. En El aborto en debate, María Consuelo Mejía, antropóloga y directora de Católicas por el Derecho a Decidir de México, que fue clave en el impulso de esta reforma para evitar lesiones y muertes en mujeres por la clandestinidad del aborto, destacó el camino que las llevó a modificar la idea de quién le salva la vida a quién: “Nosotras cambiamos el eje de la discusión por la despenalización del aborto. Ya no planteamos que se trataba de un derecho a las mujeres a controlar su propio cuerpo, sino de una cuestión de justicia social, de democracia y de salud pública por las muertes de mujeres pobres en abortos realizados en condiciones riesgosas”.
En junio del 2006 la adolescente de 19 años con una discapacidad que la mantiene anclada en una edad mental de 10 años, conocida como L. M. R., tuvo que enfrentar un tortuoso camino judicial para reclamar la interrupción legal de un embarazo producto de un abuso sexual. Esta historia de vida fue una de las crónicas más impactantes de Mariana Carbajal, incluidas en el libro El aborto en debate, aportes para una discusión pendiente. Finalmente, la joven tuvo que recurrir al circuito clandestino para que le realizaran la intervención y organizaciones de mujeres llevaron, el 25 de mayo del 2007, su caso al Comité de Derechos Humanos de la ONU, en Ginebra.
“Nadie desea que una mujer pase por una situación de aborto. Pero ante un hecho traumático de un embarazo producto de una violación, considero que es un derecho tener la posibilidad de decidir qué se quiere hacer con esa gestación en curso. El caso de L. M. R. es paradigmático. Y tuvo un rol fundamental la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto que la acompañó a ella, a la mamá y a la hermana. Hubo momentos difíciles cuando hubo un fallo de la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires que avaló la interrupción y nuevamente fueron –la mamá y la hija– al hospital y los médicos se opusieron a realizarlo alegando que el embarázo estaba bastante avanzado. Por eso, después, acompañadas por organizaciones de la sociedad civil, tuvieron que recurrir a una clínica privada para acceder a ese derecho avalado judicialmente”, relata Mariana Carbajal.
“Por el caso de L. M. R. la Argentina fue denunciada ante la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas y enfrenta una demanda a nivel internacional por la cual, seguramente, tendrá una condena. Hay negociaciones para llegar a alguna forma de compensación por el daño que le provocaron en la violación de los derechos humanos a L. M. R., principalmente desde el ámbito judicial”, explica la periodista que también es columnista en el programa Es hora, de Radio Nacional.
–Son casos que no se deben repetir y de los cuales la Argentina tiene que aprender. De hecho, antes de que Ginés González García dejara el Ministerio de Salud de la Nación se elaboró una Guía Integral de Atención de los Abortos No Punibles que, finalmente, no se distribuyó durante la gestión de (Graciela) Ocaña y sería muy importante que el nuevo ministro de Salud (Juan Manzur), que es un discípulo de Ginés González García, retomara el tema y pudiera bajar esta guía a todos los efectores de salud para que los médicos sepan que están respaldados en casos como éstos, y tengan claro cómo deben actuar, fundamentalmente, sin judicializarlos.
Estela Díaz, integrante de la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, contó en el libro qué rescataba del caso de L. M. R.: “Cómo le cambió la cara a esa chica la interrupción del embarazo. Esa nena no levantaba la cabeza, no hablaba, y después volvió a reírse, a estar alegre, a contestar. Eso también es dignidad”.
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