GAC. Pensamientos, prácticas, acciones (Tinta Limón Ediciones, 2009) recoge en imágenes y palabras los diez años de trayectoria del Grupo de Arte Callejero (GAC). Una trayectoria que en manos de sus hacedoras —Lorena Bossi, Vanesa Bossi, Fernanda Carrizo, Mariana Corral, Carolina “Charo” Golder— es una secuencia de intervenciones públicas, debates sobre lo político y el arte, reflexiones sobre la dinámica callejera entre colectivos y, finalmente, un hilo que lo tensa todo: la urgencia de poner el cuerpo que empieza con el impulso de “salir por salir”, como ellas titulan uno de los capítulos, y que expone un recorrido detallado sobre las metodologías puestas en juego y su eficacia concreta, los registros de las acciones y la colaboración con otros grupos.

Así, el libro transita, como punto de partida, por los escraches de H.I.J.O.S., donde el GAC intervino creando toda una señalética de la impunidad y una cartografía de los asesinos libres (¿recuerdan el mapa “Aquí viven” pegado en cada barrio?), pero también un relevamiento de las nuevas formas con que se construía su condena social (denuncias de los vecinos, huevazos y pintadas que obligaron a algunos represores incluso a mudarse). De sus primeras armas al grito de “Si no hay justicia, hay escrache popular”, el GAC continuó investigando sobre las formas urbanas de la “inseguridad”, cambiando el eje que suele arrastrar ese término: primero denunciando el “gatillo fácil” y los abusos policiales (“Para muestra sobra un botón”), luego pegando afiches y haciendo talleres en los que cada quien podía reconocerse como “blanco móvil” de una prolífica serie de nuevos mecanismos de control social. Todos estos trabajos recorrieron diversas ciudades del mundo y abrieron diálogos inesperados con otros colectivos, así como variadas discusiones sobre el reconocimiento institucional (por parte del mundo del arte) de este tipo de intervenciones y los conflictos que esta situación plantea para cada colectivo autónomo.

En las páginas de este libro, además, se traza la genealogía de por qué hace falta un “antimonumento” a Julio A. Roca, iniciativa que terminó en una convergencia de movimientos para proponer una ley que impida la legitimación simbólica —y en piedra— del héroe del genocidio indígena en nuestro país. Como no podía faltar, la crisis de 2001 es un punto clave: el GAC primero recuerda la realización anónima y anticipatoria de una alegórica “invasión” de soldaditos que caían del aire, anunciando sin quererlo el estallido de la crisis el mismo 19 de diciembre de 2001 por la tarde. Inmediatamente después siguen las imágenes de los recordatorios de los asesinados por la represión policial de aquellos días, hechos sobre las veredas y plasmados con fibrocemento en coordinación con los familiares y amigos/as; así como los signos de la movilización social de todos los meses que siguieron. Son marcas urbanas que el GAC no deja escapar a la vez que incesantemente se ocupa de producir, siendo parte de un flujo de creatividad anónima en el que ellas se mueven con total ligereza y sabiduría.

“Este libro es una mirada que hoy captura y da forma a una historia, y la impulsa hacia delante. Hoy es indispensable reflexionar sobre lo que se hizo y dejar esto expresado en un soporte concreto, tangible, para que el conocimiento pueda ser capitalizado por otros/as. No pretendemos elaborar un dogma o un modelo a seguir. Pero sí creemos que es necesario que cada nueva lucha utópica que despunte por ahí se pueda organizar sobre el conocimiento de las precedentes, aunque más no sea para refutarlas. Desde esta perspectiva temporal reconocemos nuestra experiencia imbricada en una red de prácticas precedentes y posteriores, que se retroalimentan. Es por eso que los contenidos de este libro se basan más en saberes populares que en grandes teorías”, anuncian las autoras.

Semejante trabajo no podía menos que ser celebrado.

Presentación (con fiesta incluida): esta noche a las 21.30 en el CAFF, Sánchez de Bustamante 764 (Abasto). Con entrada libre y gratuita.