Vie 09.10.2009
las12

MUESTRAS

Mujeres de piedra

El Museo Nacional de Arte Decorativo y la Embajada de Francia junto al Museo del Louvre exponen en Buenos Aires algunas obras de uno de los mayores referentes del arte francés de los siglos XVIII y XIX, Jean-Antoine Houdon. El artista retrató a ambos lados del Atlántico: desde Voltaire y Rousseau, hasta Washington y Franklin. Y en esas obras se colaron algunas féminas en mármol y terracota.

› Por Clarisa Ercolano

Una cantante de ópera sí. La esposa y las hijas, no, ni en los más remotos sueños. A madame Houdon y a la pequeña Sabine, la representación de su cuerpo les terminaba en el cuello. No hay senos a la vista, son caras esculpidas perfectamente, pero sólo eso, caras, rostros. Lo mismo que Louise Brongniart, amiga de los Houdon. Eso sí, dentro de la colección que ocupa una de las salas principales del Museo de Arte Decorativo, un pecho se escapa y con él una sonrisa que llama la atención. Es la escultura de Sophie Arnould, una suerte de Maria Callas de esas épocas.

Las 12 quiso saber qué podía decir el curador de esta muestra, Guilhem Scherf, sobre la mirada y la representación de Houdon sobre las mujeres de 1700. Scherf comenta (y esto puede comprobarse recorriendo la muestra) que los retratos de mujeres son relativamente poco comunes y muy a menudo muy formales. “Son retratos de representación con pompa y distinción. Sólo el retrato de su mujer, que se puede ver en la exposición es de una estética muy diferente, por tratarse de un retrato privado, íntimo en el cual está representada riendo y de forma muy natural. Houdon no se podía permitir tanta libertad con otras mujeres que no sean la suya”, cuenta en tono cómplice.

La estatua de mármol de “Diana Cazadora” es la quinta forma femenina que contrasta entre las 19 piezas armoniosamente dispuestas y muestra un estudio muy preciso del cuerpo, incluso de su parte sexual. “Esta obra es muy compleja porque Houdon quiso evocar la pureza y castidad de Diana describiendo su cuerpo de manera muy realista. Era una forma para él de transcribir de manera moderna la antigüedad clásica y sus Venus desnudas.” Otro fue el caso de Sophie, ella autoencargó su busto y no quiso uno solo, quiso varios para poder obsequiarles también a sus seguidores.

Es que en ese entonces tener una escultura propia significaba desarrollar, para uno mismo, una actividad íntima. Es el caso con los retratos de familia, al que el curador también encuadra como “íntimos” por su concepción estética y que no dejan de lado, lo que él califica como “anécdota” y que se traduce en la atención hacia el rostro o la ausencia de ropa.

“Houdon desarrolló un estilo personal transcribiendo la realidad psicológica de sus modelos, y más que nada desarrollando una manera muy propia de esculpir a la mirada. Su estilo personal es su voluntad de hacer una síntesis entre la exactitud de la trascripción de los rasgos anatómicos de sus modelos y la interpretación de su psicología que expresa a través de la mirada y con la elección de composición de sus retratos.”

Al lograr retratos tan exactos, estas obras muestran una visión objetiva del arte, de la cual se poseen pocos referentes en la actualidad. Son, de hecho, obras objetivas a partir del momento en el cual el escultor quiso dar una realidad anatómica a sus modelos. “Sus modelos posaban frente a él, el tomaba las medidas de sus caras, de sus hombros, o el escultor tomaba la huella de sus caras con yeso (máscaras tomadas con modelos vivos o muertos). Sus retratos reflejaban también la psicología de cada uno o de cada una. El talento de Houdon fue lograr una representación muy fiel a la verdadera personalidad de sus modelos. El equivalente hoy podría ser la obra de grandes fotógrafos especializados en retratos o que están interesados por transcribir las personalidades, quienes se posan ante sus lentes.” Claro que para saber a ciencia cierta qué significaba el término personalidad a mediados de 1700, las preguntas habría que hacérselas al mismo Houdon. El porqué estar semidesnuda era sólo para las figuras públicas o para las representaciones cargadas de simbolismo, que con o sin ropa no dejaban nunca de ser vírgenes. ¤

El Museo Nacional de Arte Decorativo queda en Avda. del Libertador 1902. Informes al 48018248.

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