DIEZ PREGUNTAS A ROMINA RE*
–Creo que desde que nací. Me crié entre ruidos, gomas y herramientas y viendo a mi papá correr. Pero debo reconocer dos puntos claves en mi vida con respecto al automovilismo. Uno fue la muerte de mi ídolo Ayrton Senna y el otro cuando se generó una complicidad con mi hermano, Claudio Re, con el que empezamos a ir juntos para adelante desvinculados del negocio familiar y empezamos a disfrutar de lo que hoy se convirtió en nuestro estilo de vida: el automovilismo.
–Sin dudas, la adrenalina. Esa sensación de hacerte sentir algo único. De controlar todo en milésimas de segundo, frenar, rebajar y acelerar. Y ni hablar si tenés que compartir la pista con 30 aficionados como vos. La adrenalina se multiplica.
–Me costo mucho que la gente que me rodeaba aceptara que subirme a un auto de carrera era realmente lo que quería hacer aunque sea una vez. Que no estaba loca sino que esto forma parte de mi identidad. Y sí, lo de los platos pasa. Pero como alguna vez me dijo un amigo... antes que me lo digan me pongo un cartel en el auto que diga “Ya lavé los platos, ahora me sobra tiempo”. Lo tomo con humor y no dejo que me amargue, después de todo, las mujeres manejamos mucho más que autos. Si sos mala, buena, lenta o rápida, la gente habla igual a veces.
–En categoría profesional, soy la única. Porque es un deporte netamente de hombres. Porque es riesgoso, sale caro y las mujeres no son completamente aceptadas. Hay muchos machistas. Recién ahora por lo menos en Argentina se ve como algo más normal. Pero para los hombres, la mujer y el volante no son compatibles.
–El automovilismo es un deporte con mucho peso. Creo que el automovilismo argentino está en un muy buen momento y ha alcanzado un buen nivel. Pero si hablamos a nivel general, creo que estaría bueno que le den la misma importancia tanto a lo deportivo como a lo comercial. Hoy el talento suma, pero no es todo. Muchas veces sos un número tengas talento o no. Si no, miremos años atrás, cuando Pechito López se quedó afuera del equipo Renault de F1.
–Sí, totalmente. Igual siempre sos el centro por que sos “La” diferente, y a nivel publicitario sirve mucho si lo sabés explotar. Pero la mujer está más incorporada allá y como diría un ingeniero amigo, “en la pista todos tienen pantalones”.
–Depende cuán profesional quieras ser. Te exige desde una buena alimentación, hasta un entrenamiento intenso físico y mental. Entrenar la mente es tan importante como entrenar el físico, ya que podés tener que tomar una decisión en un segundo y debe ser la correcta. Hay que conocer, además, al menos lo básico de dos o tres idiomas además del nativo.
–Era lo que había soñado desde chica. Estaba nerviosa, nadie lo sabía, pero yo no sabía manejar ni un auto de calle y no lo dije para que me dejen subir. Un delirio, pero un lindo delirio. Por otro lado tenía mucha teoría, que me sirvió para ser pensante, cuidar el auto y no estrellarme contra nada.
–Creo que haber pasado por Europa fue algo impensado para mí. Fue una gran meta. Para el 2010 mi meta es cumplir con dos compromisos que tengo en Europa, a los cuales fui invitada con el apoyo de una empresa brasileña. Por otro lado, continuar mi actividad en Argentina con un equipo propio con mi hermano. Y publicar mi libro, que está en etapa de edición y se va a llamar Subjetividad crítica del automovilismo deportivo.
–Simple, soñadora, apasionada y muy inquieta. Soy una mujer que siempre lucha por lo que quiere sin importar lo que eso cueste y que va para adelante en la vida y en la pista.
(*) Romina Re es automovilista. La única mujer argentina en una competencia profesional (Fórmula Renault). Vivió y corrió en diversas ciudades de Europa y ahora está nuevamente en las pistas nacionales. Tiene 26 años y el nombre de Senna tatuado en el cuello. Vive en Padua y además, se dedica al management y a los eventos corporativos.
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