TEATRO
En una reescritura de varios textos de Hebe Uhart, Laura Yusem montó Querida mamá o guiando la hiedra, una pieza conmovedora que entrelaza las voces, los recuerdos y hasta los cuerpos de una madre muerta y una hija que la extraña.
› Por Sonia Jaroslavsky
Laura Yusem y Hebe Uhart forman parte de una misma generación de artistas. Una directora, la otra escritora, ambas, nacieron avanzados los años ‘30. Querida mamá o guiando la hiedra se propone homenajear “a la perturbadora ensoñación que sigue uniendo las voces y los cuerpos de una madre muerta y una hija que la evoca”.
Laura Yusem es bailarina, coreógrafa y actriz e inauguró su carrera como directora montando en 1970 una versión de un cuento de Uhart: “Un pájaro gris, medio gordo, de pico corto...” en el Teatro del Centro (uno de los teatros independientes más antiguos que tiene la ciudad). Después, una gran trayectoria y, entre sus emblemáticas puestas, se recuerdan las de Boda blanca de Tadeusz Rozewicz (1980); La malasangre de Griselda Gambaro (1982); Paso de dos de Eduardo Pavlovsky, en el Teatro Babilonia (1990) o Antes del retiro de Thomas Bernhard, en el Teatro Hebraica (1994). Además de su labor como directora, a partir del año 2000 y junto a Clara Pando (Las mujeres de los nazis, Las Polacas), lleva la dirección artística del teatro escuela Patio de Actores.
Hebe Uhart es narradora argentina. Es autora de libros de cuentos como Dios, San Pedro y las almas, El budín esponjoso, La luz de un nuevo día, Guiando la hiedra y Del cielo a casa, entre otros. Publicó también las novelas Camilo asciende y Señorita, y en 2004 recibió el Premio Konex Diploma al Mérito.
Después de cuarenta años, Laura Yusem retoma la dramaturgia inspirada por el cuento “Querida mamá” y el cuento “Guiando la hiedra” de Uhart. Es así como realiza una investigación acerca de la obra literaria de la autora, abordando principalmente el trabajo de tres de sus libros, Dios, San Pedro y las almas, El budín esponjoso y Camilo asciende. Dando título así a su nueva criatura, Querida mamá o guiando la hiedra, que produce una exquisita reelaboración en manos de dos sensibles actrices: Julieta Alfonso en el papel de hija y Martha Rodríguez interpretando a la madre.
La periodista Silvina Friera dijo acerca de Uhart: “La aparente ‘mirada ingenua’ que se le atribuye a esta formidable narradora es la mejor mascarada de su filosa ironía”. En la puesta justamente se observa esta conmovedora fusión de pureza, inocencia de los acontecimientos de la vida diaria con la potencia de la ironía en las palabras evocadas por los personajes (hasta se dan el gusto de disertaciones filosóficas), o la que surge en la serie de actos que emanan de la escena misma. Lo cotidiano se vuelve trascendente a través de la mirada de la madre y es justamente eso lo que su hija, por primera vez, extraña. Escuchar radio, tomar vino, hacer unos huevos en el sartén, limpiar las hojas de la hiedra o saborear un cigarrillo son todas acciones que se llenan de sentido y poesía en el transcurrir del espectáculo.
Un mundo enrarecido se propaga a través del accionar de las actrices y se completa con una delicada puesta. Yusem utiliza pocos elementos que los hace jugar con imaginación. La escena es envuelta por una gama de colores que la vuelven bella. Delicioso trabajo que se observa en la totalidad del espectáculo en la combinación de espacio escenográfico de la propia Yusem, de iluminación a cargo de Marco Pastorino y de música original compuesta por Cecilia Candia.
La hija lee unas cartas que le escribe a su madre muerta. Repiensa los recuerdos, la extraña, siente que la entiende por primera vez y la acepta aunque ella ya no esté: “Cómo me gustaría, mamá, que te vinieras a sentar debajo de la parra con tu bastón. Jamás te pelearía por nada, como cuando vos cobrabas y te comprabas un oporto y un paquete de caramelos. Yo te acompañaba impaciente y con fastidio. Te decía: ‘¿para qué lo querés si no lo comés?’ y vos me decías vacilante: ‘para tener por si viene alguien’”. La hija intenta elaborar esa pérdida y hasta le hace un pedido a esta madre a modo de despedida: “Te pediría que vos, que eras creyente, encomiendes a Dios tus recuerdos, así yo me hago cargo sólo de los míos”.
Querida mamá o guiando la hiedra. Sábados a las 21 hs. Patio de Actores. Lerma 568.
$ 40. Estud. y jub. $ 25. 4772-9732.
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