No se puede hablar de la RAF sin explicar ante todo el escenario. ¿Cómo eran esos jóvenes apenas una década después del nazismo y de la guerra más destructiva de todos los tiempos? Era una juventud que quería hacer cosas (...) ¿Qué tenían que hacer los jóvenes alemanes, consecuentes con aquello de mostrar coraje civil como consecuencia de Auschwitz? No tengo respuesta. Margrit Schiller sí la tuvo. Perdió, y todos los que no hicimos nada, o a lo sumo firmamos un petitorio, o hicimos tres días de huelga de hambre, le decimos: te equivocaste. Margrit sí se equivocó, pero no se arrepiente, sin ninguna duda. Nosotros no nos equivocamos, pero perdimos tanto o más que ella.

Este libro de la guerrillera está para aprender sobre las equivocaciones honestas de Margrit, y para vernos en el espejo. La autobiografía de Margrit Schiller, con una sinceridad a veces hasta dolorosa, reflexiona sobre su tiempo de militancia en la RAF. Describe sus años de prisión en el pabellón de aislamiento absoluto, llamado Toter Trakt, las huelgas de hambre y la dureza implacable del Estado alemán contra los miembros de la guerrilla, declarada enemigo uno del orden público. Su historia personal tiene numerosos puntos de contacto con la de muchos jóvenes de otros países, particularmente de la América latina de aquellos años y nos ofrece un espejo donde vernos reflejados.

Fuente: Una dura batalla por los recuerdos. Mi experiencia en la lucha armada y la cárcel. Alemania (1971-1979), de Margrit Schiller.