Una chica recorre con familiaridad el barrio de Saavedra en monopatín, el bibliotecario Cayetano se sugestiona hasta el susto leyendo una versión de Drácula, una señora de la limpieza sabe más sobre el sonido que expertos en la materia, el científico Jean-Loup arma en Pakistán el impresionante esqueleto del gran rinoceronte baluchitherium de millones de años, una chiquita con síndrome de Down se divierte en una pileta con otros niños... Cosas interesantes, graciosas, amenas, sorprendentes que ocurren en Paka-paka, un programa televisivo que va por su tercera temporada, siempre ascendente en calidad y creatividad, dedicado a la franja que va de los 6 a los 11 años. Un programa inteligente que trata sobre literatura, cine, ciencias, artes, viajes, comunicación, deportes, juegos en general... Dicho así podría sonar a propuesta didáctica cuadrada y formal. Pero no, por suerte para las chicas y chicos a quienes está destinada esta producción del canal Encuentro (que incluye algunos materiales apropiados de Francia, Canadá, Venezuela, Gran Bretaña), descollante en el horizonte televisivo actual, donde es tan raro encontrar en los últimos años un programa de este nivel para quienes están cursando la primaria. Miguel Rur, que estuvo en el recordado Cablín, con formación en música y teatro, y la coordinadora Cielo Salviolo están al frente de un impecable equipo de productores delegados.

Paka-paka suma puntos a favor en la amplitud abarcadora de su propuesta, los logros estéticos que apelan al diseño estilizado, el buen uso del color, la animación, el collage, las proyecciones. También se luce en la cabeza abierta e igualitaria que evidencia y en el saludable enfoque federal Y, lo último pero no lo menos importante, por la aparición en pantalla de chicos y chicas rubios, castaños y morochos. Bien morochos y de rasgos aindiados unos cuantos, representando a ese sector de argentinos/as que rarísimamente encuentra lugar en la TV (salvo que se trate de un programa de folklore o un documental sobre pueblos originarios, pero prácticamente nunca integrados –a ninguna edad– a un elenco de ficción en papeles importantes, al staff de un noticiero, o a uno de los múltiples paneles que opinan sobre lo que sea). En algunos de los segmentos de Paka-paka –por ejemplo, en secciones del Noti o en separadores– se mezclan niñas y niños multicolores haciendo comentarios o respondiendo a preguntas. Y lo buenísimo del caso es que se expresan con refrescante espontaneidad, como si la cámara no estuviese ahí. Asimismo, vale remarcar la acertadísima elección y el desempeño del elenco estable, a cargo de distintos personajes fijos: Vicky Almeida, Julio Graham, Emiliano Larea y Sol Canesa, actrices y actores con mucha cintura para el humor, dotados y entrenados comediantes que jamás incurren en esas ñoñerías afectadas que tanto han contaminado programas y obras teatrales infantiles.

En un Noti Paka-paka, aparte de disfrutar con las situaciones que satirizan un estudio de TV, entre la conductora, el comentarista de deportes, la productora y el guionista, es posible visitar San Antonio de Areco, con la guía de una chica y un chico del lugar que hacen todo un recorrido sobre caballos, razas y ensillado, choclos aun en la planta, paisajes del lugar, todo de manera entretenida, pasando información clara y sustanciosa. Además, como suele acontecer en otros segmentos del programa, surge la ocasión de fijar palabras raras, poco habituales o en franco desuso. Esta vez, la pregunta a los chicos es acerca de su concepto de “pulpería”, y las respuestas (equivocadas) son desopilantes (“un lugar donde se vende pulpo, pescado, sábalo”): oportunidad propicia para mostrar una pulpería de verdad y contar brevemente su historia. El panorama prosigue con la visión y descripción de un rancho de antaño, datos y sonidos de una vigüela, un gaucho mostrando y describiendo su atuendo dominguero, más chicas y chicos del lugar dando su versión de la inundación...

Desde luego, este despliegue de temas del Noti lleva un programa entero, el del lunes, de una hora de duración. Los martes va Aquí estoy yo (niños y niñas que hablan sobre su vida cotidiana) y Misión aventura (donde el paleontólogo Jean-Loup, primo espiritual de Indiana Jones, logra armar el esqueleto de 8 metros de largo del antiquísimo rinoceronte, o un historiador rescata increíbles templos de mil años en Camboya). Al cierre de este segmento, Paloma, la chica del monopatín, recorre su propio barrio, curiosea en mercados del Barrio Chino y llega al centro de la Capital. Los miércoles le toca a Calibroscopio (aparte de los mentados sobresaltos que sufre Cayetano en la biblioteca, conocidos actores y actrices leen un relato) y a Un dibujo muy animado (aquí se revelan secretos sobre sistemas de animación). Los jueves se complementan Feria de variedades (arte al alcance de todo el mundo, espacio de acercamiento a la pintura –de Pettoruti, por caso–, la música, talleres diversos) y Ciencia cierta (un momento estimulante del conocimiento, con la ayudita de la señora por hora). El viernes se viaja En globo por el globo (a Grecia, hace poco, a la isla de Lesbos, con la muy joven María de cicerone) y el imperdible Cine Club, zona poética en la que gracias al entrañable proyectorista y a su única espectadora, dos suspirantes, se asiste a la proyección de joyitas actuales y también ¿por qué no? a un flash del tren de los hermanos Lumière.

Paka-paka, de lunes a viernes a las 7, 11 y 18; sábados, repaso semanal, de 8.30 a 11; domingos, de 13.30 a 16.30.