Mauricio Macri y Esteban Bullrich no quieren “piqueteros” en las escuelas (tristemente, hay otros que tampoco nos quieren en las universidades). Son de esa gente a la que le gusta decir que “la juventud está perdida”, que “ya no hay respeto por nada” y que en su época “esto no pasaba”. Prefieren chicos mansos que sueñen con ser Ricardo Fort y no como el piquetero de Darío Santillán que militaba en su barrio y colegio. Piensan a los jóvenes como jugadores de playstation (aclaro que lo soy) sin cerebro y no como sujetos críticos, pensantes y activos.

Pero la realidad no siempre es como uno quiere y está lleno de jóvenes (“piqueteras y piqueteros”) con ideas y ganas de cambiar el colegio, el barrio, la facultad, el país y el mundo. Antes no salíamos tanto en los medios quizá, pero desde hace tiempo nos venimos organizando y somos miles. Somos la juventud argentina, los hermanos de Darío y Maxi. Somos los alumnos de Carlos Fuentealba. Y aunque al ministro no le guste, llegamos para quedarnos...¤

* Dirigente de Lobo Suelto y La Mella (Presidencia de la FUBA), integrante del Consejero Superior de la UBA.