MONDO FISHION
› Por Victoria Lescano
Jueves a la noche y el estudio de la fotógrafa Andy Cherniavsky con sus varios salones para sesiones y vida mundana, antes o después de las “sesiones de moda” —de una barra a un patio estuvieron atiborrados de invitados a un cóctel rico en canapés y en caipiroskas—, fue la locación que la producción local de Project Runway Latinoamericano (Mandarina TV) eligió para presentar los primeros cortos del ciclo a la latinoamericana que desde la señal FTV local comienza a transmitirse el próximo lunes 20 de septiembre a las 21.
Había allí una puesta ad hoc celebratoria de los gadgets en cada atelier de diseño: figurines, puestas de botones y demás avíos, simulacros de mesas de corte y storyboards, intentando emular los estudios de diseñadores internacionales. Claro que, hacia el final de la fiesta, un diseñador de interiores que ofició de realizador y argumentó como disparador “es chic comprado en el Once”, lamentó que los seguidores de la moda hubieran alterado el orden de su puzzle de moda. Y tenía razón: restos de aguardiente y de bocaditos junto a un toilette provocarían una revolución en cualquier atelier... Pero éste era de ficción y para las cámaras de una noche...
El reality de procedencia norteamericana y que ahonda en el oficio del diseñador de modas fue gestado en 2004, y se impuso en la lista de los más taquilleros alrededor de la moda, vistos gracias a la conducción de la rubia y astuta modelo Heidi Klumm, las periódicas visitas de diseñadores, de Michael Kors, Betsey Johnson, Diane von Furstenberg, y los desafíos o misiones de moda para cada entrega, coordinados casi como un régisseur de las pasarelas por el profesor norteamericano Tim Gunn, quien fuera docente del Parsons School of Design. La versión en español, y que cuenta con participantes de la Argentina, Colombia, México, Nicaragua, Chile y Brasil, tiene como conductora a la mexicana Rebecca de Alba —cuyo CV admite haber oficiado de frontgirl de concursos de belleza, transmisiones de la nobleza europea y el Grammy— y en el coprotagónico al diseñador argentino Mariano Toledo, emulando al coordinador de cada una de las misiones de moda que sirven de leitmotiv a cada capítulo.
Componen también el jurado la periodista argentina Claudia Pandolfo, pionera en la TV local en el género “comentarios de los mejor y los peor vestidos”, y al diseñador venezolano afincado en Nueva York, Angel Sánchez, una cultor de ropa para novia y para soirées que engalanaron las siluetas de Sandy Bullock, Eva Longoria y Giselle Bundchen, y que en Buenos Aires elogió los diseños de Tramando, Trosman y Cora Groppo, de quienes destacó haberse comprado varios equipos, sin limitarse a temas de género, “pues no todos hacen ropa para hombre”.
Así como el Project Runway original tuvo en sus inicios consignas tales como “recrear uniformes de carteros”, el corte y la confección de un traje blanco en algodón aludiendo a “la envidia”, diseñar atuendos para alfombra roja con telas de supermercado, o diseñar extravagancias con parafernalia de mercados temáticos de la más variada y bizarra procedencia (de ahí la gracia de buena parte del ciclo). Ataviada con tailleur elegante y chignon, la publicista Marcela Carminio difundió entre la prensa algunos tópicos del ciclo venidero. Del menú de desafíos de moda locales se anticipó el debut con “Pack Attack”. Allí, la premisa será crear un atuendo para ejecutivas valiéndose de un atado de telas con notorio contraste de materiales, colores y texturas. Y como todo reality tiene cierto regodeo con la humana frustración, se anuncia que allí la modelo Catalina Rautemberg, actual diseñadora de una línea de reciclaje de ropa vintage, rompe en sollozos en la hechura de un traje por las limitaciones de recursos y de tiempo.
Un fragmento se proyectó en un alto del cóctel, cuando los conductores y el jurado subieron a un escenario y Mariano Toledo esgrimió el slogan que será su señal de partida en cada envío: “Diseñadores, hagan moda”. Y la conductora, con silueta más latina y curvilínea que la de Heidi y sin afectaciones, se refirió a los modismos favoritos, aprehendidos en los dos meses que lleva en Buenos Aires, capital de la moda de esta pasarela ficticia y proyectual.
Además de participar en la reciente semana de la moda de México, y con su firma homónima que comercializa en Palermo, Mariano tiene desde hace más de una década su propia escuela de diseño. Y sin dudas ese oficio le jugará a favor en su emulación, en versión localista, a veces college, otras extravagante, de quien fuera docente del Parsons School of Design y se erigió en figura central de cada capítulo, junto a la supermodelo Klumm.
Se vaticinan además búsquedas de modelos y de musas para asistir a un cóctel fashionista de parte de cada participante y un capítulo consagrado a recrear vestuarios para diversos géneros cinematográficos: del western al terror, pasando por el cine negro y la ciencia ficción con presupuestos no mayores a 120 dólares. Acerca del listado de participantes, cuyo ganador presentará su colección en el Runway llamado “Puerto Rico High Fashion Week”, y después será premiado con un viaje a las Bahamas, para descomprimir el estrés post-desfile, y 20 mil dólares para iniciar una colección. Entre los posibles candidatos, algunos de los siguientes nombres: Eduardo de Crisci (25 años, Argentina), Laura Grosskopf (25 años, Argentina), Ailin Bisi (23 años, Argentina), Shantall Lacayo (26 años, Nicaragua), Paula Valencia (26 años, Colombia), Wilson Chaparro (23 años, Colombia), Alex Peimbert (32 años, México), Laura Carrillo (26 años, México), Mauro Babún (29 años, México). Citando a Toledo: “Diseñadores, hagan moda”.
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