Vie 11.02.2011
las12

PASOS PERDIDOS...

El macrismo ejecutó el 0,1 por ciento del presupuesto correspondiente a educación sexual

› Por Maria Jose Lubertino *

En materia de políticas públicas, la voluntad de un gobierno se mide en su presupuesto y más precisamente en su ejecución presupuestaria. En 2010 se habían destinado para aplicar la Ley de Educación Sexual Integral (en todos los niveles educativos)

$ 1.557.712, dado que es una política universal y obligatoria. Sin embargo, al 30 de septiembre de 2010, el Ministerio de Educación porteño sólo había ejecutado $ 1586,10. Es decir el 0,1 por ciento del presupuesto.

El 2010 ha sido un año perdido. Esto representa una burla a la obligatoriedad de implementar educación sexual en todas las materias, en un distrito donde, hace más de una década, más del 90 por ciento de la población exige educación sexual en las escuelas, como lo indicaban las encuestas del Instituto Social y Político de la Mujer.

Los prejuicios en el ámbito político tomaron más de una década de remover para que hubiera una Ley de Educación Sexual Integral nacional, que es la 26.150, sancionada en 2008. Igualmente, la Ciudad había sido precursora en sancionar su ley, la 2110, en octubre de 2006.

Por eso es todavía más grave que la Ley de Educación Sexual Integral de la Ciudad, a más de cuatro años de su sanción, no esté reglamentada. Sin embargo, los derechos de niños y adolescentes, consagrados en los tratados internacionales y en la Constitución de la Ciudad, son directamente operativos para todos los niveles, inicial primario y medio. Además, los lineamientos curriculares han sido delineados por el Ministerio de Educación de la Nación.

La inexistente ejecución presupuestaria de 2010 comprueba que la ley no se está implementando de manera adecuada, en ninguna de las modalidades y niveles obligatorios, ni en las carreras de formación docente. Antes de la sanción de la ley, el Consejo de Niños, Niñas y Adolescentes ofrecía a las escuelas talleres voluntarios donde se incluía esta temática. La demanda había sido creciente año a año, tanto en la escuela media como en la inicial. Sin embargo, la gestión macrista erradicó este programa del Consejo con la excusa de que sería asumido por el Ministerio de Educación. Tres años después nos encontramos con que no se aplica la norma, ni existen los talleres alternativos.

La educación sexual es el más eficaz instrumento probado para evitar y prevenir embarazos no deseados, enfermedades de transmisión sexual, pero, fundamentalmente, para poder hablar desde pequeños, acorde con la evolución psíquica y afectiva de niños y adolescentes, de los temas que tienen que ver con las sexualidades. La educación sexual es el mejor antídoto frente al sexismo, la discriminación de género, o por orientación sexual y los prejuicios que desencadenan todo tipo de violencias de géneros y particularmente sexuales.

El doble discurso del macrismo –supuestamente gay friendly para el turismo, pero excluyente, represivo y persecutorio para las mujeres y las trans en situación de explotación sexual– tiene su capítulo más extendido en el oscurantismo medieval que implica erradicar la perspectiva de género de las políticas públicas y en privar del derecho humano básico a los niños, niñas y adolescentes del acceso a la educación sexual.

* Diputada porteña de Espacio Abierto.

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