Con 69 productos con tutti para la belleza madurativa, desde sombra para los ojos, rímel, rubor, exfoliante, tratamientos antioxidantes, colorete, lápiz labial y jabón para la cara, una nueva línea revoluciona (¿u horroriza?) las góndolas del gigante supermercadístico Walmart, en Estados Unidos. Se trata de GeoGirl, una serie de cosméticos ¡anti-aging! para nenas de entre 8 y 12 años. Porque ¿qué preadolescente no busca luchar contra el inclemente paso del tiempo, alargar sus pestañitas y mandar a mudar la piel muerta?

“Mientras las mujeres discuten si los 50 son los nuevos 30, Walmart ayuda a que los 8 se vuelvan los nuevos 18” o “¿Prevenir el envejecimiento? La única forma de hacer eso es morirse, y seguramente no es lo que el equipo de marketing tiene en mente”, ironizan los medios yanquis, aunque no se sorprenden: la sexualización corporativa de preteens es moneda corriente a la hora de definir estrategias de venta. Al fin y al cabo, estudios indican que el target representa 2 billones de dólares en poder adquisitivo, con 24 millones destinados a cosméticos año a año. ¿Cuál será el próximo paso? ¿Bótox para recién nacidos?

Lo cierto es que “Ahorrá dinero, Viví mejor” quiere su tajada y no lo disimula. Igual que su secuaz Pacific World Brand, firma detrás de GeoGirl. “Son cosméticos reales con ingredientes naturales que crearán ventas reiteradas y una verdadera y bella consumista”, expuso –sin reparos– Joel Carden, vicepresidente de PWB. Al parecer, los “buenos muchachos” sólo buscan reparar un bache en la demanda: la de padres que les piden, ruegan ayuda para educar a sus hijos en el cuidado de la piel ¿La respuesta empresarial? “Una opción saludable para niños que piden usar maquillaje.” Pensar que con un simple “Visite al dermatólogo” hubiera alcanzado...

Pero no: hecha la ley, hecha la trampa. Y si papá y mamá Norteamérica están preocupados por el exceso de químicos en el make-up, GeoGirl los quita, al igual que elimina los colores sintéticos y las fragancias que podrían generar alergias. No vaya a ser cosa... Ojo, que además viene en paquete eco-friendly, una verdadera maravilla.

Lo alarmante es que ya no se trata de la nena que imita a la madre y “juega a ser grande” usando lápiz labial: la línea, los monstruos corporativos y el aval explícito (y monetario) parental acentúan aún más una tendencia que –lamentablemente– crece a lo largo y ancho del globo: la de niñas sexualizadas, con role models (en la TV, la música, el cine, la casa) que incitan un tempranísimo y anti-natural deseo de ser “sexies” con apenas 8 añitos y esa necesidad de ceñirse a un estereotipo de belleza que viene en capas (de base, lápiz labial, colorete...). Una vez más, el cuento de la juventud eterna; esta vez, con los cañones de punta en prepúberes de edad impresionable.

“Uno podría decir que GeoGirl hace un favor, al hacerlas iniciarse desde jovencitas. Para la nena que juega a ser mamá con su bebé de plástico, que sacude la pasta en su cocinita Fisher-Price, por qué no aprender desde temprano cómo mantenerse joven y bella e ir acostumbrándose al hábito de exfoliarse”, se indigna otra periodista norteamericana y pone los puntos sobre las íes. Porque, en definitiva, se está creando una nueva generación de amas de casas perfectas. Las Stepford del mañana: sintéticas, eternas, sin marcas del tiempo y la vida, siempre talle 1.

En honor a la verdad, no es la primera vez que Walmart comercializa este tipo de productos: la línea, en definitiva, viene a reemplazar los cosméticos de las hermanas Olsen –Mary Kate y Ashley–. Aunque allí, por lo menos (y con qué poco nos conformamos), no había campaña antienvejecimiento.