DIEZ PREGUNTAS A DANA FRIGOLI
–A veces somos caprichosos con la vida y otras, de manera caprichosa, la vida decide enseñarnos cosas. La musa del capricho trata de mostrar y dejar ver esos momentos en que te encontrás con alguien y sentís intensamente a veces que podés recorrer el camino de quizá toda la vida, otras tan solo la fugacidad de un instante y, en algunos casos, que no hay nada para compartir, ni un minuto. Porque cuando Gastón Maziéres empezó a escribir sobre las ideas que le dábamos con el director de la obra, Fernando Ferrer, para él eran como musas y, al final, la protagonista es la musa de su propio cambio. Y porque todas las mujeres somos musas y un poco caprichosas en algún nivel.
–Creo que estoy en ambos lados de la moneda, soy de las que tratan de confiar y creer, pero al vivir, el corazón y nuestro ego sufren, entonces el desafío es poder seguir abriendo a pesar del dolor conocido, sintiendo la desconfianza y volviendo a apostar. El cuerpo es tan maravilloso y la danza tan grande que trato de llevar lo cotidiano a un plano estilizado sin perder lo natural.
–Me aleja mucho la traición, sentir que las personas se dejan llevar por palabras y prejuicios de otros sobre la vida y las personas. Me acerca el humor, el compañerismo, el trabajo, la sensibilidad. Me gustan mucho las personas que arriesgan, que tratan de ser ellas mismas a pesar de todas las circunstancias.
–Las voces de Mercedes Sosa, Chavela Vargas, Liliana Herrero, Lidia Borda, el piano de Di Sarli, la obra de Piazzolla, Salinas y la voz de mi vieja.
–Y sí, crear para mí es uno de los momentos más completos y que más me seducen: varias veces me enamoré de mis colegas. Pero no siempre es así, tienen que darse muchas cosas y al mismo tiempo.
–¡Casi siempre! Lo digo en serio, ahora estoy trabajando en eso.
–Para nada, pero me hace bien que mis amigos me lo digan a veces, aunque sé que no es cierto. Aunque soy buena creando los ambientes necesarios entre las personas para sacar lo mejor de cada una. Me animo a apretar sin tomarlo de manera personal y veo cuándo soltar el acelerador.
–Seguro que sería sobre la educación. Sin educación no hay posibilidad de discernir, me preocupa que no se modernice el sistema educativo.
–Tengo miles, me encanta crear, no puedo dejar de hacerlo aunque quiera, escucho alguna música y eso de inmediato se transforma en mí en imagen, en movimiento. Una palabra o una frase me invita a disponer juegos.
–Hacia la libertad, hacia adentro mío, hacia cambiar el paradigma que dice que se debe sufrir para lograr lo que uno quiere (ojo, que esto lo está diciendo alguien con mucha compulsión por el trabajo). A seguir con la compañía en procesos de creación, a seguir aprendiendo una manera sana y linda de compartir la vida, a descubrir amigos, a tomar mate los domingos bajo el sol.
Dana Frígoli es una de las más importantes bailarinas y coreógrafas de tango en la actualidad a nivel mundial. Formó parte de los espectáculos Tanguera, Tango, love and sex y Reliquias porteñas. Montó coreografías para Maximiliano Guerra en Tango mirando al sur y participó en la película Diarios de motocicleta. En 2005 fundó junto a Pablo Villarraza la Compañía DNI Tango, con la que por estos días protagoniza La musa del capricho, en el Teatro El Cubo. Los jueves a las 20.30 en Pasaje Zelaya 3053.
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