[IN CORPORE]
› Por Laura Pascuzzo *
El masaje infantil (shantala) se presenta como una opción para trasmitir amor a través del tacto de la mamá al bebé y tiene un gran poder vinculante. El shantala proviene del Ayurveda, la medicina tradicional de la India, con más de cinco mil años de historia. Un obstetra francés lo implementó en Occidente tras observar a una madre (llamada Shantal) masajeando a su bebé durante un viaje que hizo a la India. El médico se quedó impresionado al ver los efectos terapéuticos y decidió darlo a conocer en Europa.
En la filosofía de Shantala el vínculo entre padres e hijos es parte fundamental de su desarrollo. Se trata de una técnica sencilla, suave y de movimientos amplios que se intensifican a medida que el bebé va creciendo. Puede comenzar a practicarse con la caída del cordón umbilical en todo el cuerpo y, si se hace diariamente, los beneficios son notorios. Una de las razones es que de los cinco sentidos, el tacto es el que los bebés tienen más desarrollado y activo y con el que comienzan la relación tanto con sus padres como con el mundo exterior.
El masaje ayuda a regular y reforzar cinco de los sistemas más importantes del bebé: respiratorio, circulatorio, nervioso, inmunológico y gastrointestinal (algo que se convierte en una solución perfecta para aliviar las molestias de cólicos, gases y estreñimiento, tan comunes en los bebés). Además estimula los sentidos, favorece el aumento de peso, la construcción del esquema corporal, el desarrollo de la inteligencia psicomotriz y favorece la construcción del lenguaje y la creación de vínculos entre el bebé y su entorno.
Otro de los beneficios del simple ejercicio del tacto entre madre e hijo/a es que los masajes ayudan a regular el sueño y a reducir el estrés. Por otra parte, es una buena herramienta para que el bebé conozca su cuerpo y mejore su motricidad. A partir de ello irá desarrollando su seguridad sobre sí mismo, tanto a nivel físico como a nivel emocional. El nacimiento es un hecho básicamente traumático; el bebe sale de un medio líquido, abrigado e ideal –el sitio perfecto– a un mundo infinito, con diferencias de temperatura, luz, sonidos, hambre, sensación de desprotección, etc. El shantala es una de las técnicas que contrarrestan este efecto angustiante del bebe. Pero no se trata sólo de consagrarse al recién nacido. La conexión con las manos da alivio a la madre en la depresión posparto.
Y para que sea efectivo es importante cumplir con algunas pautas: practicarlo en un sitio cómodo, cálido y a una temperatura agradable para el bebe y sin corriente de aire. Se tiene que realizar con las palmas de las manos siguiendo un orden y ritmo. Hay que extenderlo por una duración aproximada de treinta minutos o más. Se debe colocar en las manos unas gotitas de aceite tibio para ayudar el deslizamiento.
Mientras que hay que evitar el shantala en el primer mes de vida, luego de las comidas y si hay fiebres o erupciones en la piel. Pero, salvo esas circunstancias, el masaje diario permite un momento especial e íntimo en la construcción del vínculo de la mamá con su bebé, en donde no se involucra sólo el sentido del tacto sino también la audición, la mirada y la palabra. El masaje es un ida y vuelta. No es un masaje para el niño, sino con el niño.
* Obstétrica
Más información: www.panzasarriba.com.ar
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