Vie 10.06.2011
las12

MONDO FISHION

LA DANZA Y EL ESTILO DE LAS IDENTIDADES PRODUCTIVAS

› Por Victoria Lescano

Un duelo de gauchos versus compadritos hip-hoperos ataviados unos con ponchos y otros con pantalones cargo irrumpió casi a galope de malambo sobre el escenario del Hipódromo de Palermo. Fue el jueves 3 por la noche y durante la celebración de Mica (Mercado de Industrias Culturales Argentinas) ilustraron el inicio del apartado “moda y diseño”, con puesta en escena de Andrea Servera y estilismo de Florence Argüello. Le siguieron un carnavalito revistado con atuendos de Rodrigo Abarquero para la firma “Objeto”, vestidos de textiles de “Tramando”, los tangueros de “No Bailarás” con atuendos a su medida por Pablo Ramírez en gris, rojo, blanco y negro, una zamba y paisanas con atavíos amarillos y negros de “Vicki Otero”, leggins y ropa casual derivada de la estampa del Ñandutí de “Juana de Arco” y una procesión de “Santos Liendro”.

Explica la coreógrafa, A. Servera: “La danza y la indumentaria tienen mucho para dialogar, son dos manifestaciones artísticas cuya inspiración es el cuerpo. Con Pasarela Nacional, intentamos contar una idea de patria federal y ahí encontramos al poncho como prenda emblemática, el territorio llano para empezar a narrar, partiendo de las fotos de Gustavo Di Mario y de los videos de Raymond que se mezclaron con bailarines y modelos. Los lenguajes de la danza nos ayudaron a contar características de los diseñadores y nos dieron también la posibilidad de explorar en lugar de hacer un desfile tradicional”, explica.

Pero por otro lado desfilaron secuencias de modelos levemente “lookeadas” y con atuendos pergeñados por “Identidades Productivas”, la red de moda y artesanato que reúne y vincula a todas las provincias. Sus coordinadoras, Cynthia Vietto, Marina Porrúa y Marta Ruedo, señalan sobre las señas particulares del proyecto ideado en 2002 y oficializado en 2005: “‘Identidades Productivas’ es un programa que a través de la Capacitación en Diseño para la Producción busca desarrollar la cultura, reflexionar acerca de la identidad y transferirla a los objetos. El diseño colectivo es la propuesta pedagógica con la que trabajamos, generando colecciones de objetos ceñidas a relatos de identidad, nacidos del territorio en el que habitan los participantes. Estos relatos se articulan desde diversos ejes de identidad, los que pueden englobarse según la memoria, el territorio o la celebración. El proceso está basado pedagógicamente en el reconocimiento y entramado estratégico de los recursos humanos con los materiales, las formas de producción y los signos de identidad provincial o regional.”

En cuanto a la cantidad de artesanos que agrupa el movimiento y un hipotético mapa de actividades, trazado por regiones, destacan: “La red de personas que conforman el programa ‘Identidades Productivas’ tiene 600 personas, pertenecientes a grupos de distintas provincias. Los grupos provinciales son heterogéneos. No sólo se componen de artesanos, miembros de las comunidades originarias, docentes, productores pequeños, artistas plásticos, amas de casa, jubilados, hombres y mujeres que quieren emprender desde sus habilidades técnicas un proyecto productivo junto a otros; además consideramos que Argentina es un país en el que todos tejen ya en telar ancestral o moderno, al crochet, dos, cuatro, cinco o seis agujas, el ñandutí, la soguería criolla o el macramé. Así se involucran como herencia de los pueblos originarios con otras llegadas de la mano de inmigrantes y las que surgieron del natural mestizaje”.

“Identidades Productivas” eligió estratégicamente mostrar la exquisitez de estos tejidos, combinados entre sí, armonizarlos con otras tipologías de prendas. La coordinación del programa y los docentes realizaron una cuidadosa selección de prendas de cada colección y las hicieron interactuar entre sí, buscando desdibujar una lectura provincial, poniendo de relieve temas de identidad nacional como los “Pueblos Originarios”, para la apertura del desfile, donde la simbología de las diversas culturas indígenas, mapuche, wichí, toba, huarpe, omahuaca y tehuelche se expresó en el contraste de los colores crudos y marrones, de la lana de oveja y pelo de llama natural, tejidas en telar, dos agujas o crochet.

En ocasión del lanzamiento de Mica, y té mediante en el patio de la “Casa del Bicentenario”, una de las expertas deslizó que integrantes del Instituto Smithsonian celebraron algunos tejidos del proyecto. Ahora lo enfatizan y explican: “Durante 2010, participamos de los festejos del Bicentenario en los museos Smithsonian de Washington y de Nueva York. y un grupo de artesanos pertenecientes a las comunidades mapuche, colla y wichí dictaron talleres a niños y adultos, transfiriendo sus técnicas ancestrales de tejido en telar o de cerámica, y en ese viaje tuvimos una entrevista en el Cooper Hewitt, National Museum of Design de Nueva York, con la directora del apartado textiles, al que vendimos un vestido de chaguar de la ‘Colección Formosa’ y para la colección permanente de ese museo. Como el vestido tiene formas contemporáneas y fue tejido con la técnica ancestral del telar wichí, formará parte de la muestra ‘New Ways’ o nuevos caminos del textil y se exhibirá junto a prendas de Issey Miyake y de Jean Paul Gaultier que atesora ese museo”.

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