Viernes, 24 de junio de 2011 | Hoy
El reclamo del Centro de Estudiantes del Normal 7 por un edificio digno que no provoque acccidentes, situaciones de inseguridad ni temores.
Por Luciana Peker
La semana pasada, una alumna de 12 años sufrió heridas y tuvo que ser internada después que se le cayera encima la puerta del Normal 7 de Almagro. Los alumnos/as de ese colegio ya habían protestado sobre problemas edilicios a pesar de las refacciones realizadas por el Gobierno de la Ciudad de Buenos. Y tanto el Centro de Estudiantes como la Cooperadora advierten que todavía hay graves fallas de seguridad. Pero además reclaman por la recuperación de la educación pública, el cumplimiento de la Ley de Educación Sexual Integral y la creación de jardines maternales para que las alumnas madres no tengan que dejar el colegio.
“Hace tiempo que se dice que los reclamos del Normal 7 son tonterías. Pero la semana pasada se le cayó una puerta a Julieta, una alumna de 12 años. Y hubo un principio de incendio”, cuenta Teo Huguet, de 17 años, presidente del Centro de Estudiantes y alumno de quinto año. El estaba en clase de inglés y vio sonar las luces y sonar las alarmas. Pero nada de agua para apagar tanto caos edilicio. Ni siquiera un simulacro para que chicos y chicas supieran cómo salir de una escuela. “No hay que esperar a que suceda otro Cromañón para que los funcionarios se ocupen de evitar accidentes”, alerta Julieta Vijarra, de 17 años.
Teo y Julieta son dos de los alrededor de 2000 alumnos/as de un edificio con jardín de infantes, primaria, secundaria, terciario y dos comerciales de tarde y de noche. En la entrada de Corrientes 4261 un cartel dice “100 años defendiendo la educación pública”. Pero ahora no son los carteles ni el Estado quien la defiende, sino las alumnas y alumnos.
“La nena está muy asustada y quedó con miedo de venir al colegio”, cuenta Candela Yacub, de 14 años y ya activa en la conducción del Centro de Estudiantes. Mientras que la otra Candela (Incutti), de 15 años, también se defiende de las acusaciones que realizaron funcionarios macristas cuando los ladrillos de sus cintas recién cortadas se cayeron sobre una alumna. “En el Ministerio de Educación dijeron que podía ser un sabotaje en los cables. Pero ningún pibe de la escuela pudo haber ido a cortar con un alicate los cables. Y, lamentablemente, el accidente muestra que nuestras denuncias eran una realidad.”
“El ministro de Educación Esteban Bullrich vino después del accidente y nos dijo que estaban esperando a que haya presupuesto para poner seguridad en las ventanas. ¿Qué vale más, la seguridad de los chicos o el presupuesto?”, interpela Candela Yacub.
Pero los chicos y chicas no ven sólo el peligro de su ventana, sino el reflejo de un espejo de gestión. Matías Ceballos, de 17 años, enmarca: “El edificio lo refleja a (Mauricio) Macri porque hay una parte nueva que es linda, que es lo único que a él le importa, pero ninguna parte es segura”. Y con sólo 14 años Candela reflexiona: “Y lo que está pasando acá refleja el desprecio hacia la educación pública y hacia los pibes que vamos al colegio. Y nosotros no queremos sólo arreglos, sino que la educación pública vuelva a ser la primera opción en la ciudad”.
Y las falencias no son sólo tangibles. “Nosotros, como centro de estudiantes, vamos a dar charlas con profesionales amigos porque no se está cumpliendo la Ley de Educación Sexual Integral y necesitamos información. Además pedimos que se construyan jardines maternales para que las alumnas madres no tengan que dejar el colegio.”
Fuente: Cooperadora y Centro de Estudiantes del Normal 7.
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