MONDO FISHION
› Por Victoria Lescano
Es vox pópuli que con su melena rubia y sauvage Farrah Fawcett Majors impuso un corte de pelo que fue copiado por sus contemporáneas cuando devino grito de la moda tanto en salones de belleza cosmopolitas como en ignotas peluquerías de barrio. También que el artificio le valió contratos para varios comerciales de shampoo y la erigió cual “Santa Patrona” de ese modismo capilar o peluca rubia que aún emula Madonna para sus shows y videoclips.
La rubia que emuló a un Angel de Charlie –Jill Monroe– en la mítica serie de los años ‘70, donde participó de la primera temporada y luego hizo luminosos cameos, fue homenajeada por un especial de la revista Life que celebró sus estilos (Farrah con vestido de cuello halter, notorio bronceado que exalta su sonrisa y una toile con plumas para posar en la TV junto a Sonny and Cher o ataviada de tenista) y también con mucho más ahínco en Buenos Aires, cuando el pasado sábado 25 se cumplieron dos años de su muerte. Con el leitmotiv “The many moods of Farrah”, la galería de arte Popa –situada en la calle Gregorio Aráoz Lamadrid 882, de La Boca– convocó a una docena de artistas para celebrar sus estilos mediante fotografía, pintura, performances y videos. “Consideramos que la noticia de la muerte de Michael Jackson la opacó y que no había sido homenajeada”, argumentaron los galeristas y también los directores de cine publicitario Jo Johannes y Marcelo Bosco (quienes en una sabia decisión convocaron a la música Noe Mourier como curadora de los arbitrarios looks, la labor con los artistas y también como maestra de ceremonias del show).
Pese a la temperatura bajo cero imperante en la ciudad, cuentan que la galería se atiborró de fervor celebratorio, que las piezas se vendieron mediante una subasta y con tono de happening. Entre las obras se destacan una silueta en tamaño real de la actriz plus una ofrenda de dólares impresos con su rostro por la fotógrafa Victoria Egurza y la diseñadora Julieta López Acosta, llamada más precisamente La Farrah: se trata de una Farrah Fawcett tamaño natural, troquelada y sobre una montaña de billetes de 100.000 dólares con su rostro y los nombres de las creadores del artificio impreso en tinta de fotocopiadoras.
“El córporeo de Farrah en tamaño natural para sacarse fotos junto a y con billetes tuvo mucho humor”, explica Noelia. Y agrega acerca de los “moods” y arbitrariedades de estilo que desfilaron en Popa: “Hubo muchos pelos y pelucas, de una Farrah negra a otra Farrah china, pasando por una Farrah drag”. Mientras que Diego Alexander mostró “Be happy, Be Farrah”, la celebraron las pinturas sobre madera de Jo Johannes. Tal vez las más codiciadas en la subasta fueron las que eran originales del ‘77, un busto de Farrah y unas cabecitas de muñeca símil Barbie. Muchos artistas incluyeron a Michael Jackson de una u otra manera. Así Agostina Mauro citó a los zombies que aparecen en el clip de “Thriller”, el músico y DJ Jacho Lederkremer hizo una reproducción del rostro de Michael –un huevo digital pero con el pelo de Farrah y el texto “WILL BE BACK”–.
Mientras que Carla Di Pietro nos recordó que Farrah no había sido siquiera mencionada en el “in memoriam” de los Oscar. “Ya en la subasta –todos los artistas vendieron–, despertaron pujas una obra del fotógrafo Marcelo Settton y otra de Vicente Grondona”, cuenta Mourier, quien admite que nunca fue fan confesa de la Fawcett actriz pero que le cautiva su estética.
El listado de artistas y obras cautivantes remite a Nicolás Monti, artista experto en stencil y también en divas argentinas (es el autor de una serie trash sobre Susana Giménez). Para la ocasión se volcó hacia la fotografía e hizo retratos de una modelo amiga, radicada en Los Molles, Traslasierra. Así, ataviada con un enterito y el pelo ondeado con degradées, emuló la serie de fotografías. “Han visto a Farrah en las sierras cordobesas”. Sí, parodiando los mitos y el morbo post mortem que surge alrededor de algunos personajes pop, su argumento, casi el de una fotonovela, ensambló a Farrah rodeada de hippies y el martillo dio un clack en señal de “vendido”.
Mientras que el fotógrafo Gustavo Di Mario cambió esta vez el foco en su cámara por el uso de los acrílicos. Pintó dos cuadros: un retrato de la actriz con referencias a la infancia del artista, un autorretrato de Di Mario en su living de Ramos Mejía y el televisor seteado en un capítulo de Los Angeles de Charlie.
La estilista Lyla Peng emuló a una Fawcett “Chinoargentina” a modo de happening cruza con pasarela. Así se refirió a los disparadores para la construcción de su homenaje: “Cuando me convocaron para la muestra, me pareció aburrido tunear modelos, como hago habitualmente, y hablando con mi asistente, Enzo Ludueña Koslov, me disparó: ‘China, ¿y si vos hacés de Farrah?’. Así me contacté luego con Ana Mele, una maquilladora y peinadora que pertenece a una de las primeras generaciones que se recibieron en indumentaria de la UBA y a quien suelo recurrir por sus conocimientos de la historia y caracterizaciones. Luego, con otros asistentes, vestimos el maniquí, su torso y las dos piernas por separado pintados de tono shocking aludiendo a la vida y de negro, simbolizando el cáncer del que murió la actriz. Finalmente se me ocurrió llevar esas partes del maniquí simbólico, al que llamé The Fallen Angel, en un changuito. Así mi performance terminó siendo la Farrah oriental paseando su glamour en un changuito de súper chino”.
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