[IN CORPORE]
› Por Mariela Oreskovic *
Por suerte está de moda comer para mejorar la salud. O no tanta suerte, porque, en realidad, la gran mayoría de las personas que han emprendido este camino, que requiere bastante disciplina, llegaron enfermos o habiendo perdido alguien cercano debido a la enfermedad. Hoy sabemos, aunque las grandes industrias sigan apelando al misterio y a la eterna irresolución, que las comidas que ingerimos nos pueden sanar o enfermar.
Es pura causalidad que los números de pacientes oncológicos, diabéticos, cardíacos hayan subido de la mano del aumento de producción de comidas refinadas y procesadas, incluyendo a los agrotóxicos que se aplican a la materia prima.
Yo misma empecé a comer más sano por problemas poco serios (psoriasis, verrugas, constipación, acné) pero entendí que, a largo plazo, esos signos podían convertirse en problemas de salud más serios. Después de diez años de vegetarianismo, descubrí la alimentación viva, que tiene como piedra fundamental la idea de que nada se absorbe sin una limpieza previa y regular.
En ese camino, descubrí wheatgrass, que es, simplemente, el jugo del brote de trigo crudo. El cereal es el primer alimento conocido en este planeta después de las verduras del mar (algas). El trigo es el rey de los cereales desde tiempos inmemorables. Existe, en dibujos de ritos sagrados, desde que existen los dibujos. Contiene un concentrado nutricional tan adaptado a las criaturas terrestres que es como si nos hubiera visto nacer. Además de nutrir profundamente, brindar el contenido mineral más alto de cualquier planta, una gama enorme de vitaminas (incluyendo las B), aminoácidos, enzimas y fitonutrientes (energías del sol), también proporciona una superconcentración de clorofila.
La clorofila es llamada la quimioterapia de la madre naturaleza. Esto es porque la clorofila desintoxica a nivel celular. Tiene el poder de abrir los receptores celulares, liberar las toxinas, grasas y mucosidad almacenada y hacer entrar su plétora de nutrición. También ayuda a regular el funcionamiento de la tiroides para que produzca más glóbulos rojos, más fuertes y mejor oxigenados. El resultado es un sistema inmune mucho más resistente. Crea un medio ambiente desfavorable para las bacterias dañinas, los parásitos y las infecciones debido al nivel de limpieza y alcalinidad que genera. Regula el azúcar en la sangre, favorece la disminución del estrés, la normalización hormonal, la reducción de tumores y la diabetes. Cicatriza por dentro y por fuera más rápidamente que cualquier sustancia de laboratorio.
Si no hay enfermedad para tratar, wheatgrass resulta un jugo rico y aumenta los niveles de energía. Da brillo y luz a la piel, previene las canas, las arrugas y mejora la vista. Realmente es un superalimento. Será moda, pero toda la tendencia de alimentación viva vino para quedarse. O siempre estuvo... “Que la comida sea tu medicina, y la medicina tu comida”, dijo Hipócrates.
* Responsable de comunicación de Luzvida wheatgrass.
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