ENTREVISTA EXCLUSIVA CON CAMILA VALLEJO
› Por Nancy Guzman *
El encuentro con Camila Vallejo es en la casa de la FECH (Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile), lugar que fue ocupado como cuartel general por la DINA (Dirección de Inteligencia Nacional) entre 1973 y 1977, ubicado en la calle que lleva el nombre del periodista del MIR asesinado por la dictadura, José Carrasco Tapia. Hoy el lugar es el espacio por el que se mueve la acción política de los estudiantes de la Universidad de Chile y un bullir de jóvenes, y ahí estamos junto a esta líder que nos pide disculpas por el atraso.
–Venía una situación que ya no daba para más y el gobierno que asume en 2010 plantea un camino en la educación universitaria, pero ese camino era de más privatización que de fomento a la educación pública. Esto nos hace juntarnos para discutir nuestras propuestas y demandas que han estado históricamente en la sociedad, como es la educación pública. Pero este gobierno ha tenido poco manejo político, muchas promesas no han sido cumplidas y su modelo de desarrollo no da garantías de justicia y equidad.
–Partimos con la educación porque ese es nuestro propósito, pero hay un descontento instalado en la sociedad que es más profundo y tiene que ver con el sistema. Esto tiene que ver con la participación de la gente en la toma de decisiones. Por ejemplo, comenzaron las grandes movilizaciones en defensa del medio ambiente y el gobierno no escuchó, no tomó en cuenta a la ciudadanía. La pregunta que cabe es “¿Qué democracia es aquella donde los ciudadanos no son escuchados?” Y ahí está la cuestión, es la democracia la que se pone en juego.
–Es que se está generando una vocación de poder por parte de la ciudadanía, esa necesidad de ser parte de la política, de tener alternativas a la Concertación y a la derecha. Es cosa de ver como hoy la Concertación, que ya no está en el gobierno, está completamente dividida. Creo que eso es muy positivo, que hoy la gente asuma y tome conciencia de su ciudadanía.
–Las demandas del movimiento chileno por la educación tienen muchas de las demandas del movimiento latinoamericano por la educación, eso hace que la gente se interese.
–Bueno, ahora todo es más fácil con el Facebook, el Twitter, las redes sociales. En un día se puede movilizar mucha gente. Por ejemplo, el día de la movilización no autorizada, a las cinco de la tarde se nos ocurrió un caceroleo y mandamos por todas las redes sociales la convocatoria a cacerolear a las 21; el resultado fue impresionante, en todo Chile hubo caceroleos durante horas.
–Sí, la mayoría de las amenazas son a través de las redes sociales, de grupos de ultraderecha, que dicen que me van a golpear, entiendo que ahora me amenazaron de muerte. Lo terrible es que eso les pasa a otras personas menos públicas y por eso no se da a conocer. Esto es preocupante porque no lo veíamos desde la dictadura.
–Creo que hay varios interesados. Hay varias responsabilidades en juego, creo que la mayoría de las amenazas hechas a través de las redes sociales por grupos de ultraderecha, que dicen que van a ir a mi casa, que me van a golpear y ahora último que me amenazaron de muerte, a una le entra la duda si son particulares por cuenta propia o están siendo incitados por otros sectores. Lo importante y lo que yo quiero destacar es que esto no solamente me pasa a mí, yo soy más mediática, más pública y tengo la oportunidad de darlo a conocer, sin embargo hay dirigentes, estudiantes que han sido golpeados en las calles por grupos no identificados y eso es preocupante porque desde la dictadura que no vivíamos esta situación. Volver a recordar esto genera grandes dudas sobre el gobierno, porque este gobierno se planteó una nueva forma de gobernar, pero estas acciones me hacen recordar la dictadura. Yo ya he tomado medidas y hemos puesto un recurso de protección, ando siempre acompañada. Tengo el teléfono intervenido, lo mismo que todo mi círculo. Estamos en un momento tenso, pero no nos tiene que coartar esta situación. Lo que ellos buscan es que nos atemoricemos y dejemos de hacer lo que tenemos que hacer.
–Nosotros no rechazamos la política, porque la educación es un tema político. El problema está en las cúpulas partidarias. La salida a esto es compleja, más ahora que la Concertación no se logra poner de acuerdo. Nosotros pensamos que si no hay una lectura a las demandas sociales en la propuesta de legislación, tenemos que impulsar algo nuevo, que sería un plebiscito. Eso abriría espacio a la resolución de otros conflictos sociales para que no tengan que movilizarse por meses.
–Por ahora tengo que terminar mi tesis para graduarme de geógrafa, luego lo pensaré si me lo proponen.
*Periodista chilena, ganadora del Premio Planeta de Periodismo Investigativo 2000 y directora académica del diplomado de Memoria y Derechos Humanos de la Fundación Henry Dunant.
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