[IN CORPORE]
“Cortala” se llama un innovador programa para combatir la violencia de género. La idea es generar conciencia y proponer recursos en lugares no habituales, pero habitados por mujeres: peluquerías y centros de estética. En el mismo espacio donde se busca un corte de pelo también pueden encontrar ideas, iniciativas y ayuda para cortar con las agresiones, insultos o indiferencias que las angustian.
El Programa “Cortala” es impulsado por el Laboratorio de Prácticas e Investigaciones Sociales (Lapis) y propone una innovadora alianza entre el sector privado, el público y las organizaciones sociales orientadas a combatir la violencia de género, ampliando la capacidad de la comunidad para proporcionar una red de apoyo a las mujeres afectadas por relaciones de abuso y maltrato en un ámbito que no es banal, sino esencial: “Trabajar con profesionales de la estética y la belleza nos abre un camino alternativo frente a uno de los obstáculos más persistentes que surgen en las iniciativas que trabajan con esta problemática: conectar y acercar recursos de prevención a las mujeres que lo necesitan”, explica Sabrina Landoni, Presidenta de Lapis.
El objetivo principal de este proyecto que enlaza la tintura con un cambio que vaya más allá del color del pelo es brindar información y entrenamiento a estudiantes y profesionales en las áreas de belleza y estética que trabajan en peluquerías, spa y gabinetes particulares para que puedan desempeñar el rol de intermediación entre las mujeres víctimas de violencia y los centros de apoyo existentes en ciudad de Buenos Aires.
El plan es que, como resultado de la sinergia y movilización de estas articulaciones, se conforme un fondo de recursos destinados a colaborar en la satisfacción de las necesidades de los refugios que albergan a mujeres víctimas de violencia y a sus hijas/os y a brindarles la posibilidad de participar en un proyecto de capacitación que les permita reinsertarse socio-laboralmente. La idea es empezar por generar conciencia en un ámbito en el que, en general, sólo se leen revistas del corazón. Pero que, también, se logre ayudar a las mujeres que soportan la violencia por la dependencia económica a encontrar recursos para empoderarse y poder decir no.
“Las/os estilistas y profesionales de la belleza, frecuentemente, establecen vínculos de confianza y contención con sus clientas; por el carácter íntimo y habitual que caracteriza a esta relación. Por eso, con el entrenamiento apropiado pueden convertirse en actores clave en la lucha contra la violencia de género, facilitando información sobre recursos de apoyo a mujeres que tienen miedo de buscar ayuda o no saben dónde encontrarla, en uno de los pocos ámbitos donde las víctimas pueden acudir sin sus parejas no siendo considerado como amenazante por parte de los agresores”, subraya en la estrategia de Lapis Sabrina Landoni. Además, la idea es que si las mujeres rompen el silencio no escuchen sólo el ruido del secador del pelo, sino ideas para que realmente puedan hacer algo más que descargarse o pintarse las uñas. Una mano para darle otra cara a su vida.
Más información: [email protected] / www.lapis.org.ar
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