Vie 09.03.2012
las12

EL MEGáFONO)))

Un muro de silencio

› Por David Smith *

No hay día en que el tema no aparezca en los titulares de la prensa. En Córdoba, una mujer, después de haber recibido un disparo en la cabeza, se encuentra en estado de gravedad en el hospital, mientras su ex marido es buscado por la policía. En Santiago del Estero, una joven madre es perseguida por su ex pareja en una motocicleta y apuñalada en la calle provocándole su muerte. En La Plata, una mujer de 17 años muere tras una agonía de seis días después de haber sido quemada por su novio. Ella es la cuadragésima segunda víctima de este tipo de crimen en menos de dos años. Las estadísticas son contundentes. La policía en Mar del Plata reporta 500 casos de violencia de género por mes. La Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN) registra un incremento constante: entre 2009 y 2011 el número de casos recibidos creció de 542 a 719.

Otra cifra elocuente nos llega desde las portadas de los diarios: según la ONG La Casa del Encuentro, compulsando cada paso que publican los medios principales, 282 mujeres fueron asesinadas en 2011, una evidencia de una epidemia de femicidio. De hecho, se nos informa que una mujer es asesinada cada 31 horas en la Argentina.

Esta semana celebramos el Día Internacional de la Mujer. En las Naciones Unidas, la directora ejecutiva de ONU Mujeres, la ex presidente chilena Michelle Bachelet, enfatiza que hay que apoyar a las mujeres en todos los niveles de la sociedad, desde una fábrica hasta los recintos del Congreso.

Pero Bachelet sabe que ningún plan de acción puede ser legítimo sin un llamamiento al cambio en el tema de violencia de género. “La violencia contra las mujeres disminuye la humanidad”, dice mientras insta a poner fin a la falta de atención a esta crisis en muchos países. “Debemos terminar con la impunidad de aquellos que cometen actos de violencia sexual”, recalca.

El equipo de la ONU en Argentina ha estado trabajando cuatro años en varios programas para ayudar a las autoridades a hacer frente a este tema. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), junto con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y ONU Mujeres, cooperó con la Oficina de Violencia Doméstica de la CSJN brindándole apoyo financiero y asesoramiento técnico, particularmente, en el modo en que tales crímenes deben ser informados, investigados y verificados. El propósito es garantizar el acceso a la Justicia. El programa, que comenzó en Buenos Aires, se está extendiendo a Tucumán, Santiago del Estero y Salta e iniciativas similares se están implementando en San Luis, Tierra del Fuego, La Pampa y Misiones.

Asimismo, se ha iniciado un proyecto encabezado por ONU Mujeres para brindarles mayor seguridad en ciertos vecindarios, entre ellos, el Distrito Sur, un barrio pobre del Gran Rosario. Las mujeres se sienten vulnerables en su camino al trabajo, al hacer las compras o al llevar a sus hijos al colegio; son víctimas de asaltos, ataques sexuales y violaciones. El programa se llama Ciudades Seguras para Tod@s. Una gran parte del trabajo ha sido de carácter pragmático iluminando de manera apropiada las calles, limpiando el barrio, brindando entrenamiento a las mujeres, generando un sentido de apoderamiento y no de desprotección. Son pequeños pasos, quizá, pero necesarios. Hablar en voz alta, romper el muro de silencio debe ser el primer paso de cualquier plan de acción para combatir la violencia contra las mujeres.

* Director de la Oficina de Información de la ONU en Argentina.

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