Vie 16.03.2012
las12

CICLOS

Las chicas y el mar

El proyecto Operas Primas, creado y curado por Matías Umpierrez, festeja su sexta edición ininterrumpida brindando espacio a jóvenes creadores que hasta ahora no habían incursionado en el rol de la dirección teatral.

La Sala Cancha del Rojas será el espacio para que la dramaturga y escritora Cynthia Edul presente el montaje de A dónde van los corazones rotos, mientras que la actriz Mariana de la Mata debutará con Soñar despierto es la realidad. El tercer invitado será Luis Garay –reconocido en el ámbito de la danza– que esta vez se pasará al teatro con La tierra tendrá dos soles.

Para esta ocasión convocamos a las dos féminas que, entusiasmadas y haciendo espacio para esta nota, pudieron hablar de sus preocupaciones antes del estreno: cómo trabajar con puffs de cuatro metros en el caso de Edul o el arte de armar y desarmar una pelopincho –y no morir en el intento– en cada ensayo, en palabras de Mariana de la Mata.

Para presentar a las chicas podemos decir que, si bien para Cynthia Edul será esta su primera experiencia como directora, tiene una sólida carrera en el campo de la dramaturgia (Miami; La excursión; Familia Bonsai) y este año publicará su primera novela: La Sucesión. Además, junto a Alejandro Tantanian, creó el reconocido proyecto Panorama Sur que vincula a jóvenes dramaturgos de Latinoamérica para formarse, compartir experiencias sobre sus obras, además de contar con la programación de singulares espectáculos performáticos.

De Mariana de la Mata podemos decir que es marplatense y que viene de la actuación. Pudimos verla en Canción de amor, de Alberto Ajaka, o reírnos con su participación en El box, de Ricardo Bartís, en el Sportivo Teatral, estudio de teatro y sala en donde también desarrolla su tarea como docente de actuación impartiendo la técnica del “teatro de estados”. Es desde este lenguaje que Soñar despierto es la realidad fue escrita a través del cuerpo de los actores, en una poética que emana desde la escena en la performance del actor y no desde un texto pre establecido o una escritura de gabinete.

Cynthia Edul:–Pero a mí me gusta la palabra gabinete. Gabinete..., suena bien. De hecho, esta obra la comencé a escribir hace muchos años, pasó por diversas etapas, hasta que finalmente la revisé con el dramaturgo Ricardo Monti y amigos dramaturgos como Ariel Farace y Alejandro Tantanian. El paso del texto a la puesta tuvo que ver principalmente con ponerla en espacio y, en relación al texto, modificar pequeñas palabras que me sonaban raras. Me importa mucho cómo suenan los textos porque creo que la escritura tiene que ver con lo musical. Es algo muy intuitivo eso de por qué te suena mal un texto, pero hay que confiar en eso y sacrificar lo que haya que sacrificar. Pero más que el texto, que como verás estuvo muy revisado, mi tema siempre fue el espacio, ya que como profesora de literatura sé dónde decirte que pongas tal palabra, pero no dónde poner espacialmente los objetos. Y ahora que me llegó la escenografía que son puffs muy grandes, tengo que mandar todo el volumen para atrás y rever el tema de la intimidad vincular necesaria para la obra; se me levantó el relieve, tengo otra geografía; es un gran aprendizaje.

Mariana de la Mata: –Es interesante escuchar a Cynthia porque yo abordo el trabajo desde un lugar diferente. Creo que la dramaturgia tiene mucha prensa y en general el texto siempre tiene un lugar por demás privilegiado en la escena. Creo que hay que desarrollar e investigar el campo de una dramaturgia que emana de la escena. Claro que este cuestionamiento y punto de partida tiene que ver con mi formación como actriz y docente en el Sportivo. En relación al espacio, definí el objeto desde un primer momento: una pelopincho. Creo que el vínculo con el espacio tiene una preponderancia que va más allá del decorado y no se puede escindir de la actuación. El entramado del espacio y la actuación puede abrevar mucho sobre la escena y vuelve concreto algo de la teatralidad. Después de la elección del objeto armé un planteo ficcional del espacio para la Sala Cancha del Rojas; nos instalamos lo más rápido que pudimos a trabajar con la pileta en la sala. Claro que eso trae sus problemas: armar, llenar de agua y desarmar en cada uno de los ensayos.

Del texto a la puesta y de la puesta al texto, podríamos decir. ¿Cuál es el argumento de sus espectáculos?

Cynthia: –Es una familia que después de muchos años vuelve a la playa en la que solían pasar las vacaciones cuando eran niños. Hay un integrante que no está más o no se sabe qué pasó con él. Es una familia que se va a encontrar con un tío en esta playa. La obra transcurre desde el atardecer hasta que se pone el sol; es el estar allí de los personajes. Se produce un extrañamiento en ese vínculo familiar al no representar más la familia que eran. Pero la obra no trabaja sobre la referencialidad; es un personaje que recuerda. La obra es un presente del recuerdo.

Tienen en común el elemento agua en las dos obras.

Cynthia: –En mi obra es algo evocado a través de pensar en la playa, pero no es algo real en la escena.

Mariana: –En la mía hay mucha agua; es el material principal. Se habla del mar y de la playa aunque estén en una terraza. Son unas horas de verano en una terraza muy pequeña donde una madre y una hija transcurren en una pelopincho. El agua es el hábitat o el terreno del personaje de la hija. Ella encuentra unas grabaciones de documentales sobre la vida marina y un poco revolviendo encuentra ese grabador y, a partir de escuchar con cierta insistencia esos audios, empieza a insistir en su voluntad de conocer el mar y, también, comienza a hacer asociaciones en relación a un proceso de transformación: salir del ahogo, de ese vínculo que mantiene con la madre y reflexionar si algo de esa otra anatomía que es el mar tiene que ver o no con ella. Lo que se empieza a trabajar es cierta asociación poética. Es un personaje que está bastante ensoñado, literaliza algunas cosas, confunde otras, y esto permite trabajar lo temático desde una idea de collage.

Cynthia: –El imaginario de la playa es interesante a recorrer; yo trabajé de referencia con una novela de Cesare Pavese que se llama justamente La playa; es una novela hermosa. La playa tiene una temporalidad distinta a lo cotidiano y eso te permite empezar a pensar otras desviaciones de las conductas, los pensamientos...Creo que por eso puede ser tan atractiva. Alan Pauls, en su libro de ensayos La vida descalzo, también plantea que la playa es una especie de pantalla en blanco, que por su propia geografía dispara la imaginación. Desde la evocación provoca una multiplicidad de sentidos.

Mariana: –Viniendo de Mar del Plata, el imaginario marítimo en mi obra claramente está por ese lado. Pero más que con la playa trabajé con el territorio del verano. Está puesto el foco en el mar, en sus ideas vinculadas a la aprehensión poética que tiene: su profundidad, sus misterios, los sueños y toda su literatura. A la par y por contraposición a eso, el verano como el mundo balneario que por excelencia sería la Bristol: como ese espacio de lo tosco, torpe e inhóspito. Ese contraste es lo que está trabajado en el vínculo de la hija (como el mar) y la madre (como el balneario): la reposera, lo seco, lo que se va quedando quieto.

A dónde van los corazones rotos, los jueves a las 21. Soñar despierto es la realidad, desde este sábado, a las 21. Centro Cultural Ricardo Rojas. Sala Cancha. Av. Corrientes 2038. $ 20.

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