EL MEGáFONO)))
› Por Beatriz Rojkes de Alperovich *
Hace unos días, durante la mesa panel sobre “Mujeres, violencia y medios de comunicación”, que organicé en el Senado, una de las asistentes pidió que se refirieran a mí como la presidenta provisional de la Cámara de Senadores por el deseo de un mayor respeto por la investidura y porque las mujeres, a través mío, estamos ocupando ese rol por primera vez. En mi respuesta conté que prefería seguir siendo Bety. Si bien “Bety” es un diminutivo de mi nombre, mi pedido va más allá de la identificación. En esas cuatro letras convergen muchos aspectos de mi vida, hacen referencia a momentos familiares, de afectos, de trabajo, de desafíos, de elecciones personales y públicas. “Bety” suena en las voces de mis colaboradoras, de mi pareja, de mi familia, de las mujeres y hombres de mi provincia y también en mí porque sé que soy yo. Es mi elección y es mi identidad.
Hace años tomé el desafío en mi provincia de conducir un espacio para trabajar el fortalecimiento de los derechos humanos de las mujeres y los grupos vulnerables. Así nació la Red de Mujeres Solidarias, y nuestro trabajo superó las expectativas iniciales. Inmersas en una cultura patriarcal, las mujeres y los grupos vulnerables sabemos muy bien lo que es vivir en una provincia del NOA, pero también que hay mucho por cambiar, que es posible si lo hacemos juntos y que, de hecho, estamos haciéndolo.
Hace unos años, la organización Crisálida nos invitó a acompañar su programa de acción para lograr el acceso de la comunidad de travestis, transexuales y transgéneros a salud, educación, trabajo, entre otros derechos postergados. La Red de Mujeres acompañó porque, en nuestra lucha por erradicar las exclusiones, nos tocan muy de cerca las necesidades y reivindicaciones de la comunidad trans.
En Tucumán obtuvimos dos resoluciones de la Secretaría de Derechos Humanos referidas a la aplicación de normas de trato respetuosas en los servicios públicos de salud provinciales; un dictamen ejemplar de la Dirección de Asuntos Jurídicos de la Universidad Nacional de Tucumán; una resolución de la Defensoría del Pueblo local implementando normas de trato para trans en sus dependencias; un histórico fallo de la Corte Suprema de la Provincia resolviendo que la identidad de las personas trans es un derecho protegido especialmente por acciones de amparo.
En el marco de la aprobación de la ley de identidad de género pienso en las mujeres trans que nos contaron cuán invisibles se sentían por no tener una identificación que refleje su identidad, la violencia en todas sus manifestaciones como algo cotidiano; las vicisitudes para acceder al trabajo, a la salud, a la educación. Pienso en las alumnas de nuestro Centro de Alfabetización Trans y en el país que estamos construyendo con este tipo de legislación. Pienso en la circunstancia histórica de ser una de las personas que respalda la restitución de derechos a mis conciudadanos/as. Pienso en este modelo de país con más derechos para todos y todas. Y que con la aprobación de leyes como ésta demuestra que más que una frase es una política de Estado.
* Senadora y presidenta provisional del Honorable Senado de la Nación Argentina.
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