Manon tiene 24 años y una beba de 10 meses, Nell, que apenas nació en Ginebra fue subida a un avión para seguir el sueño de sus jóvenes papás. Manon y su marido (están casados legalmente, dice Manon, “por amor” pero no sin conflictos, ya que tematizó todo el proceso previo a la boda en un documental) se instalaron en 2011 en Buenos Aires para estudiar, trabajar y orear sus cerebros del europeísmo académico, ese que lo impulsó a él a seguir la carrera de cine en una universidad argentina (de donde son sus padres) y a ella a buscar la manera de aplicar su carrera al mapa laboral de nuestro país. Manon aprendió español a velocidad record, consiguió una guardería para su beba y empezó a pensar cómo seguir el camino que empezó con su tesis sobre erotismo. Sus estudios en comunicación visual indican que es diseñadora, pero ella aclara que no es la manera en que nosotros entendemos el diseño sino una formación que incluye al arte, una suerte de híbrido entre la expresión y la formación técnica. “Para mí comunicar es una manera de hacer política, en nuestra época las imágenes son muy fuertes, de manera que saber utilizarlas es tener un poder. ¡Yo quería tener ese poder! Si bien tengo un lado artístico que es el dibujo –yo soy diseñadora–, pero para mí el medio no es importante, la prioridad es el mensaje”, explica.

Mientras hacía la carrera surgió lo de casarse con su pareja, por el placer de festejar con los amigos más que por la unión legal, dice, pero todo el mundo empezó a cuestionarla: que estaba loca, que era demasiado joven. Manon vio la oportunidad de ponerse en acción y con la cámara al hombro entrevistó a distintas mujeres: su propia madre, su suegra, su mejor amiga... Will you marry me? es un documental donde las ideas se mezclan y se confrontan y sobre todo donde se abre un signo de pregunta sobre la feminidad que a ella le pareció mucho más interesante que la pregunta sobre si casarse era pertinente o no. Cuando llegó el momento de hacer la tesis, las ganas de seguir ese camino la hicieron meterse con el erotismo y una búsqueda de imágenes que a ella la provocaran pero sintió que no existían, que había que pensarlas de cero. “Me interesa el erotismo femenino porque molesta hablar de él. Y quería mostrar mi visión, inventarla. Estuve investigando y es muy pobre la oferta para las mujeres. De chica tuve contacto con el erotismo a través de las historietas de mi papá que robaba de su biblioteca, y eran muy masculinas. Ahora hay algunas cosas: Erika Lust, una francesa que se llama Ovidie..., pero a mí me parece más de lo mismo. Un erotismo feminista para mí debería incluir actores y actrices más naturales, no tiene por qué ser tan cruda, tan frontal. Por supuesto que hay diferentes sensibilidades, y hay mujeres a las que les encanta el porno duro, pero pienso que es sano, creativo y rico pensar otros modelos”, dice.

La tesis se llama Luliberine, que es, en francés, la hormona que produce la excitación. Son tres libros con historias porno de diferente tenor y dibujos de Manon. La idea del seminario que va a dar en el espacio Tierra Violeta es replicar ese modelo de textos e imágenes según la sensibilidad de los y las concurrentes, pero sobre todo generar un debate sobre lo que calienta a las mujeres. “Pienso que hay un tabú muy fuerte con la sexualidad de una mujer. Se dice que es muy complicada, que está toda en la cabeza. Yo quiero quebrar el cliché. No creo que sea más compleja que la masculina: hay que empezar a decir ‘me gusta el sexo’. A mí me gusta dibujar un culo bien redondo, por ejemplo, lo disfruto. En fin, vamos a ver qué dicen las argentinas en el seminario. A mí particularmente me parece terreno fértil y hablar de sexo me encanta.”

Taller de edición erótica: jueves de junio de 18.30 a 20 hs.
[email protected] Más info: manoncarnino.tumblr.com