Senadora nacional por una provincia joven y pequeña, Elena Corregido se hizo célebre en los últimos días por la coautoría del proyecto para impulsar el voto opcional desde los 16 años. Su propuesta apunta a ampliar la base de electores, para mejorar la representatividad. “No es obligatorio, es un derecho gradual, que cada uno irá asumiendo con su compromiso y su deseo”, explicó la legisladora en una de las tantas entrevistas que generó su iniciativa.

Más desapercibido pasó otro proyecto, presentado pocos días antes, que establece una batería de medidas, entre ellas que cualquier persona deba denunciar las situaciones de violencia “familiar” que conozca. Que se refiera a violencia familiar es polémico, y ella lo argumenta: “Es cierto que la mayoría son mujeres atacadas por sus parejas. Pero también es cierto que la violencia es un fenómeno social que se da en este mundo y en nuestro país, que afecta también a los niños, los discapacitados, los ancianos. Me parece que la violencia es un fenómeno cultural que hay que erradicar”.

Elena Corregido es profesora de Química, fue docente y directora de escuelas secundarias en su provincia. También enseñó en la Universidad Nacional del Nordeste. Empezó a militar en 1997. Después del divorcio, se fue a vivir con sus dos hijas a Resistencia, la capital provincial, y se acercó a la sede del Partido Justicialista, al que la unía una larga historia familiar. Rápidamente se sintió una más en las reuniones de los jueves, adonde concurrían las históricas, que habían trabajado codo a codo con Evita. Así cumplió un sueño que acariciaba desde que era una niña. Ella, como correspondía, se dedicaba a bailar, pero escuchaba fascinada las tertulias que organizaba su padre, escribano y docente secundario, con sus alumnos de tercer año en la materia Educación democrática, del Colegio Nacional de Resistencia.

La historia de la familia Corregido está indisolublemente unida al peronismo. El abuelo de Elena fue intendente de Necochea durante la presidencia de Juan Perón. Cuando el territorio nacional de Chaco se convirtió en provincia, en 1951, emigraron allí, donde permanecieron para siempre, con nostalgias del mar. Elena, sin embargo, nació en la Capital Federal. Su madre viajó para parirla, el 4 de diciembre de 1956. Eran tiempos difíciles para su familia, con el peronismo proscripto y perseguido.

Desde que llegó al Senado, Corregido planteó posturas claras respecto de la ampliación de derechos. No le importó que su gobernador y jefe político, Jorge Capitanich, expresara una posición totalmente contraria a la despenalización del aborto. Ella considera que se debe debatir, y lo dice cada vez que se lo preguntan. “La discusión está inscripta en esta cuestión de la tutela que todavía se tiene sobre la mujer. No olvidemos que nosotras tenemos derechos desde ayer, digamos. Votamos hace días, si tenemos en cuenta la historia de la humanidad. Hasta hace poco nosotras no podíamos administrar nuestros propios bienes”, dijo hace poco, en una entrevista con la agencia de noticias Paco Urondo. “En nombre de esa tutela se opina sobre lo que nos conviene, sobre nuestros cuerpos, nuestras vidas”, apuntó, y consideró: “Hay que dar el debate sin tutelar a nadie, respetando la autonomía de las mujeres. Las que se mueren en las camillas clandestinas son las mujeres pobres, y los médicos que hacen objeción de conciencia en el sector público no lo hacen en las clínicas privadas”.

Aunque sus quince minutos de fama tengan que ver con el proyecto para ampliar el derecho a votar, ella fue distinguida por el Inadi por su impulso al proyecto de matrimonio igualitario. Su voto del 15 de julio de 2010 aclaró algo que no todos los senadores tuvieron en cuenta: “Debemos legislar para todos y todas teniendo en cuenta que éste es un país laico; que los preceptos religiosos están fuera de discusión”.