PERSONAJES
Piazzolla según Escalada
Laura Escalada sigue al frente de la Fundación Astor Piazzolla. El reestreno de la ópera María de Buenos Aires fue una buena ocasión para que la viuda de Piazzolla recordara los comienzos de su relación y los costados más íntimos del compositor.
Por Sonia Santoro
Laura Escalada fue cantante de ópera, locutora, conductora y actriz hasta que conoció a Astor Piazzola. Desde 1976 hasta la muerte del genial bandoneonista, en 1992, se convirtió en ‘la esposa de’. Lejos de preocuparse por llevar ese mote, lo ha hecho más suyo desde que creó la Fundación Astor Piazzola y se dedica a resguardar la obra de su marido y a incentivar a jóvenes tangueros. En esa línea se puede ubicar el reestreno de la operita María de Buenos Aires, con música de Piazzola y letra de Horacio Ferrer, que tuvo lugar en el Centro Cultural Borges.
–¿Por qué hacer María ahora?
–Porque un día me desperté y dije voy a hacer María De Buenos Aires pero tal como se creó. Pero pasaron muchos años desde 1968.
–¿Qué tiene de diferente de la primera?
–No mucho, hay un espíritu que es el mismo, que es el respeto a la música y a la letra, esa letra maravillosa de Ferrer que es impresionante y es a la que yo le quiero dar valor.
–María es una mujer y es Buenos Aires. Es prostituta, es las dos fundaciones de la ciudad... Siendo María un símbolo de Buenos Aires, ¿qué cosas le hubiera agregado Piazzola de haberla escrito hoy?
–No habría que tocarle nada porque está escrita para el año 4000, te diría. Astor siempre fue un músico de gran avanzada. Y la letra de Ferrer es para el 4000, tiene unas imágenes maravillosas. Cuando estos dos personajes se pusieron a escribir esta operita estaban protegidos por las manos sagradas del cielo.
–Fue una de las obras argentinas más representadas en el exterior.
–Sí, pero las representaciones en el exterior se hicieron con decorado, director de escena, muchedumbre, dos parejas de bailarines... toda una puesta en escena totalmente diferente a la que hacemos nosotros, que es pura y es nada más que oratorio. No hay nada que te distraiga.
–En su momento dejó todo por seguir a Piazzola, ¿fue una decisión difícil?
–En 1976. Fue fantástico. Astor me dijo “nos vamos” y le dije que sí.
–¿Qué estaba haciendo?
–Estaba en Canal 11. Lo que pasa es que yo entraba al canal a trabajar un día y me dice el portero: ‘Si viene Astor decile que no entre porque está prohibido. Y yo pensé que me lo decía en broma y seguí caminando, pero cuando llego al estudio me lo dice el productor. Y ahí me di cuenta de que realmente estaba prohibido y me voy inmediatamente a ver al interventor, que era un marino, que por supuesto no sabía nada de nada. Me dijo que tenía una lista, y tan inocentemente me la mostró, era una lista negra y estaba Astor. Entonces, cuando vino Astor le dije: mirá, la cosa viene de esta forma. Y él dijo: mejor nos vamos. Y nos fuimos a París. Dejé mi casa, mi perro, que fue lo que más me dolió, mi departamento, mi familia, mi trabajo, todo y me fui sin dudar.
–¿Cuánto hacía que lo conocía?
–Yo lo conocí el 11 de marzo del ‘76 en Canal 11. Empezamos a hablar cuando se hacían los avisos. El se sorprendía porque decía que yo un díacantaba en televisión Mozart o Schubert, otro día vendía artículos varios, otro día hacía un programa para niños, otro periodísticos o culturales y él no entendía por qué hacía tantas cosas diferentes. Después me di cuenta de que me había visto tanto. Y después vamos a lo más lógico y contundente, el manager le dijo “qué lomo tiene la Escalada” (risas). Eso fue menos romántico pero sí más lógico.
–¿A usted qué lo deslumbró de él?
–Primero, que yo tenía una gran admiración por él. Tenía sus discos, fui a casi todos los conciertos que pude. Me atraía el imán que tenía, era imposible no mirarlo cuando tocaba porque comprometía todo su cuerpo. Y luego descubrí que era un hombre dulce, tierno, tímido, todo lo contrario a lo que se hablaba de él. Entonces, cuando dicen que era irascible, que tenía mal carácter, pienso, claro, cómo no vas a tener mal carácter si te insultan y te dicen “asesino del tango” y te quieren pegar y un taxista te dice “bajesé”, todo el mundo te trata mal en Argentina, obviamente sacaba la parte dura de él.
–¿Qué pensaría él del auge del tango?
–Es un auge for export. Entonces, vos ves bailarines que están haciendo acrobacia prácticamente en el escenario, pero no es nuestro tango.
–Además de Piazzola ¿qué escucha?
–Mucha música clásica, que es mi formación. Escucho que hay muchos conjuntos que imitan mucho a Piazzola en muchas frases, armonías... quiere decir que sentó escuela. Después hay algunos que están fuertemente inspirados, que dudás porque decís: qué parecido.
–¿Le molesta eso?
–No, es gente que está buscando y va a encontrar su propio camino. Además, si hacen una imitación perfecta, los 8 compases, nosotros les caemos y les decimos: disculpe, esto es plagio. Pero mientras sea parecido, es una admiración después de todo. Piazzola es un maestro.